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Venta de drogas
Este sector, en las cercanías del Polideportivo de JAPDEVA, es un sitio de venta y distribución de drogas, según comprobaron ayer reporteros de Al Día. Esta fotografía fue tomada ayer, a las 10:35 a.m.
Erick CÓRDOBA/Al Día
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Narcos despiadados en Limón
Ajuste de cuentas lanza serio mensaje, según OIJ Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA.
alvarosanchez@aldia.co.cr
Colaboró Róger AMORETY, corresponsal
Sin compasión, unos 45 agujeros en un automóvil provocados por una AK-47, más de 35 casquillos en la escena del crimen y dos personas fallecidas. Una de ellas reconocida como traficante, la otra, al parecer, estaba en el lugar equivocado a la hora menos indicada.
Esto fue lo que hallaron agentes del OIJ de Limón, el viernes anterior, a las 6:30 p.m., en el mirador Moín, en Limón.
Para las autoridades judiciales se trata de un claro mensaje de que las bandas “narco” en la zona ya alcanzaron un nivel de violencia más alto.
Así lo reconoció ayer a Al Día un funcionario de la policía judicial de Limón, quien añadió que existe preocupación y tensión en la población y en la misma policía por este hecho.
“Estamos a la espera de lo que va a suceder. Murió un colombiano y es obvio que muchos de los que se dedican a esas actividades son extranjeros y hay temor de una reacción o que se desate este tipo de ajustes de cuentas”, explicó el especialista, quien por razones de seguridad prefirió no identificarse.
En este incidente falleció César Vargas Valencia, conocido en este ambiente como “Pata pata”, de 38 años y la mujer que lo acompañaba, una indocumentada no identificada aún por la policía. Cada uno recibió más de ocho balazos en diferentes partes del cuerpo. Les dispararon desde un Hyundai Elantra en movimiento con una AK-47 y una pistola 9 milímetros.
Vargas también era relacionado, según la fuente judicial, con alteración de documentos y receptación de vehículos, y fue pasado al Ministerio Público, pero no le dieron prisión preventiva.
“Este es un claro mensaje para otras bandas, para los que roban mercadería, los que no pagan. Es un claro mensaje del 'narco' en un nivel más alto, incluso, para quienes denuncien sus actuaciones”, añadió el agente judicial. Bandas y nacionalidades
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Punto de reunión
En este lugar llamado El Codo del Ceibón, en Envaco de Limón, es donde se reúnen vendedores de droga y delincuentes. Incluso, ahí resultaron violadas dos menores hace unos siete meses. Al Día constató la venta de droga en este lugar ayer, a las 2:35 p.m.
Erick CÓRDOBA/Al Día
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El OIJ, aunque no puede precisar, no descarta la participación de bandas integradas por personas de una misma nacionalidad. Por ejemplo, es conocida la existencia de colombianos, jamaiquinos, dominicanos y hasta panameños en el negocio “narco”.
Según la fuente, esto no quiere decir que costarricenses y hasta nicaragüenses no estén involucrados o hagan negocios con esos grupos.
Para el OIJ de Limón, es difícil determinar cómo o dónde trabajan estos grupos, pues en todos los cantones de la provincia hay bandas. Así, por ejemplo, hay quienes se especializan en el trasiego de marihuana en Talamanca y lugares altos; cocaína que viene del sur por Panamá y hasta por el mar; y otros grupos que se dedican a la venta en la calle.
Jorge Rojas, director del OIJ, confirmó el sábado que Limón presenta una situación especial en cuanto a la delincuencia organizada, debido a la gran cantidad de nacionalidades que radican en el Caribe.
Para el comandante de la Fuerza Pública en Limón, Pastor Reyes, el hecho del viernes es muy preocupante, pues está claro que se trata de actos de venganza sin piedad y sin importar la vida de inocentes.
“No es la primera vez que vemos este tipo de armas, no las hemos decomisado, pero se sabe que hay muchas en la calle. En retenes hemos decomisado escopetas con un calibre apto para ese tipo de delito”, añadió Reyes.
El OIJ decomisó hace algunas semanas un arma similar a la utilizada en el homicidio del viernes y unos 36 kilos de cocaína, en el centro de Limón. Muertes por “narco”Hasta la fecha, en Limón se contabilizan 26 muertes por asesinatos, de los cuales la policía investiga siete como presuntos ajustes de cuentas o riñas relacionadas con el trasiego de drogas. (Ver recuadro)
Estas muertes, según el OIJ, podrían obedecer a deudas y también son mensajes para quienes se dedican a la venta y el consumo de drogas.
Ninguno de esos casos tiene un avance significativo en su investigación. De hecho, no existen sospechosos de los crímenes, reconoció la autoridad judicial.
Este agente hizo ver que la mayor dificultad que enfrentan para resolver estos crímenes, es que la población está temerosa y guarda silencio ante las autoridades. (Ver recuadro)
El OIJ maneja un dato estadístico, según ellos, típico de Limón, y es que cada dos meses hay cinco muertes en un corto lapso.
El año pasado se reportaron, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, 24 asesinatos.
Sin testigos, por miedo
Siete de las 26 muertes que se registran este año en Limón son por supuestos ajustes de cuentas relacionados con el trasiego de drogas. La policía no ha dado aún con los sospechosos de estos crímenes.
Del total de homicidios dolosos, cinco están resueltos y hay 14 detenidos como posibles responsables.
Hay una razón a la que la policía apela: no hay colaboración por parte de la población que les pueda permitir esclarecer los casos.
“Ya el caso del colombiano da un mensaje a los que están dentro y a la población, lo que provoca temor de dar a conocer informaciones”, dijo una fuente del OIJ de Limón.
Según un recuento hecho por Al Día y corroborado por el OIJ de Limón, los siguientes casos podrían estar relacionados con riñas o ajustes de cuentas por drogas este año:
18 de junio:
Berwins Selles Salas, en Cielo Amarillo de Pueblo Nuevo. Fue asesinado a balazos.
28 de junio:
Gilberto López Jiménez en la Finca Placeres, de Matina. Fue apuñalado y baleado.
16 de julio:
Eliseo Reynold Wayaa, en Limón centro. Al parecer, se trató de un riña entre pandillas. Fue muerto a balazos.
23 de agosto:
Rowt Gerardo Vargas en Piuta, contiguo al Hotel Las Olas. Fue encontrado con varios disparos y degollado y se presume una venganza.
4 de setiembre:
Jonathan Astúa Torres, taxista informal. Ajusticiado en Boston de Matina. Fue muerto a balazos.
29 de setiembre:
Thomas Jiménez Vargas, en barrio IMAS de Batán. Fue muerto a garrotazos por un pleito de drogas.
Viernes 15 de octubre:
César Vargas Valencia, colombiano. Fue asesinado de unos ocho balazos en el mirador Moín, de Limón. Este es un caso más grave para la policía, por el tipo de arma que se utilizó y la forma de actuar de los delincuentes, sin ninguna compasión para con su acompañante, quien también recibió cerca de ocho balazos.
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