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Miguel Ángel Sandí es uno de los pequeños empresarios que surge en la región. Alexánder OTÁROLA/Al Día
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PYMES como la espuma Juan Pablo CARRANZA jpcarranza@aldia.co.cr
Ciudad Quesada.- Las micro, pequeño y medianas empresas (PYMES) de la región, emprendidas por personas de escasos recursos, aumentan su presencia este año en sectores económicos como turismo, agricultura, ganadería e industria.
El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) destinó este año ¢72 millones para promocionar ideas productivas de San Carlos, Upala, Los Chiles y Guatuso.
Con este dinero, en lo que va del año, el IMAS financia aproximadamente 220 proyectos de familias que acudieron a esa institución en busca de ayuda para salir de la pobreza extrema.
Marvin Chávez, del programa de “Ideas Productivas”, comentó que a diferencia de años anteriores, se buscó este año que las empresas promovidas aumentaran su nivel en corto tiempo.
“Coordinamos con la Unión Regional de Cooperativas de la Zona Norte (URCOZON), organizamos una serie de capacitaciones, desde el año pasado, donde se le enseña a las personas que van a iniciar su negocio en temas como el manejo del dinero, flujo de costos, servicio al cliente, entre otros”, aseguró el funcionario.
Para incentivar más el desarrollo empresarial en la zona, el 5 y 6 de noviembre se realizará una expoferia de Intercambio de Oportunidades en San Carlos, donde se reunirán a las PYMES y empresas de mayores ingresos, para crear entre ellas vínculos comerciales.
“Por ejemplo, la Cooperativa Dos Pinos importa las paletas de madera desde Chile, con esta expoferia, se vería la posibilidad de que una de nuestras PYMES, sea la productora de las paletas”, dijo José Rojas, miembro de la URCOZON, y uno de los coordinadores del evento.
La banca en la zona mantiene una fuerte inversión en las PYMES. Los préstamos para esos negocios son hasta de ¢222.500 millones, con tasas de intereses que van desde el 6 hasta el 28 por ciento.
Miguel Ángel Sandí, de 65 años de edad, desde hace 49 años, labora en el negocio de la zapatería. El señor, uno de los últimos artesanos del calzado en la región, asegura que hasta ahora encontró las herramientas para “empujar un poco más la carreta del negocio”.
“Con un banco logré un préstamo para pequeña empresa. No fue mucho el dinero, pero al menos es un incentivo. Actualmente nos han llegado muchos pedidos de grandes empresas. La producción va en aumento”, comentó Sandí.
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