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EN VILO La caída que antenoche sufrió el Presidente de Cuba, Fidel Castro, que se aprecia en la secuencia gráfica (izquierda), mantuvo en vilo a la isla caribeña durante varias horas. En el suelo, su asistente Carlos Valenciaga (derecha) y una persona no identificada, intentaban levantarle. AP/Al Día
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Fidel, ¿qué te pasa?
Se cayó, se fracturó, pero “estoy entero”, dice
Santa Clara, Cuba/AFP. El presidente de Cuba, Fidel Castro, sufrió antenoche una caída accidental que le provocó fractura de rodilla y fisuras en un brazo, en un incidente que mantuvo en vilo al país durante varias horas. Pero pocos minutos después del resbalón, el líder cubano reafirmó que sigue al mando en la isla.
El gobernante, de 78 años, tropezó con el borde de una acera en la plaza “Ernesto Che Guevara” de esta ciudad, 280 kilómetros al este de La Habana, al concluir un discurso para egresados de una escuela de instructores de Arte.
El traspié del Comandante en Jefe fue transmitido en directo por la televisión cubana, aunque de forma muy distante, lo cual generó una tensa expectativa en la población, que no atinaba a comprender lo sucedido.
Una sucesión de imágenes en que se observaron rostros tensos y gestos de incredulidad, guardias de seguridad corriendo de un lado a otro, y ministros de Estado que no salían de su asombro, se prolongó por más de cinco minutos en las pantallas de televisión, mientras se oían de fondo consignas a favor de Castro.
Sudoroso y con evidentes señales de dolor en su rostro, fue el propio mandatario quien se encargó, poco después, de informar sobre su estado de salud.
“Les pido perdón por haberme caído. (...) Tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez una en el brazo (...) pero estoy entero”, dijo Castro.
Vistiendo su tradicional uniforme de combate verde olivo, el dirigente -que lleva 45 años en el poder- afirmó que no cederá su puesto pese al incidente.
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AP/Al Día
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“Como ustedes pueden ver, puedo hablar, y aunque me enyesen, puedo continuar con mi trabajo”, sentenció Castro, sentado en una silla.
La población cubana aguardó con expectativas durante la noche un nuevo reporte sobre la salud del veterano exguerrillero, que se divulgó la mañana de ayer.
En una escueta Nota Informativa emitida ayer, el examen médico confirmó lo que el propio Comandante en Jefe pronosticó tras la caída: “fractura en la rodilla de la pierna izquierda y fisura en la parte superior del húmero del brazo derecho”. “Su estado general de salud es bueno y su estado de ánimo excelente”, agregó.
Las actividades oficiales previstas se cumplieron con normalidad en la isla, donde el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, y el canciller Felipe Pérez Roque, encabezaron ayer una celebración por el aniversario de la ONU, sin hacer mención al resbalón de Castro. Reacciones “Hemos oído que Castro se cayó”, dijo en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, quien admitió no saber qué huesos se había roto el dirigente cubano. “Nosotros, obviamente, hemos expresado nuestro punto de vista sobre lo que está roto en Cuba”, subrayó.
A la pregunta de si Washington le desea a Castro una rápida mejoría, Boucher respondió: “No”, y aseguró que al gobierno estadounidense le preocupa más el bienestar del pueblo cubano.
En Miami, en tanto, donde reside una amplia comunidad de exiliados cubanos, el accidente de Castro relanzó variadas especulaciones.
Hablar sobre la salud de Castro es un tema prohibido para la prensa en Cuba y poco se conoce sobre las dolencias que lo afectan.
Un equipo médico dirigido por el doctor Eugenio Selman-Housein Abdo, se ocupa en forma especial de la salud del jefe del Estado cubano, a quien se le conoce popularmente como “El caballo”, por su mítica fortaleza física.
Pese a sus 78 años, Castro mantiene un ritmo de trabajo arrollador de entre 12 y 14 horas diarias, y se lo puede ver en las mañanas visitando un barrio o una escuela y por la noche pronunciar extensos discursos. Hace apenas cuatro meses, su médico personal dijo que Castro “está formidablemente bien” y destacó que realiza caminatas y practica natación en forma habitual.
En junio de 2001, tuvo un desvanecimiento en un acto público y en diciembre de 2002, guardó reposo por 10 días por una linfangitis en su pierna izquierda, por la picadura de un insecto.
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