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Protesta
Eladio Durán se acercó ayer a los Tribunales de San José para pedir cárcel para los implicados.
Abelardo FONSECA/Al Día
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El peso de los testimonios Mercedes AGÜERO ROJAS
maguero @aldia.co.cr
El revelador testimonio rendido por Eliseo Vargas le habría permitido a la Fiscalía amarrar otras pruebas que vincularían al expresidente Rafael Ángel Calderón en la investigación del caso Caja – Fischel.
En una amplia declaración rendida este martes, Vargas involucró a Calderón en el escándalo por el pago de millonarias comisiones en el préstamo del Gobierno de Finlandia a Costa Rica para la compra de equipos médicos.
El exdiputado y expresidente ejecutivo de la Caja, también es imputado en este caso.
En criterio de abogados penalistas consultados por Al Día, la declaración de Vargas pesa jurídicamente en la medida en que se logre probar su decir. “Ahí entra a jugar la sana crítica del juez”, explicó el penalista Jaime Amador.
“En este caso, me parece que se probó que lo dicho por el imputado (Eliseo Vargas) en gran parte era cierto, pues se ratificó con el testimonio de otras personas y con pruebas de la Fiscalía que no conocemos”, comentó Amador.
Esta opinión es compartida por el penalista y presidente del Colegio de Abogados, Gilberto Corella, quien recordó que el testimonio de un imputado vale no solo por lo dicho sino también por la prueba que tenga el Ministerio Público para fortalecerlo. Papelitos hablanCorella agregó que en casos como la investigación del escándalo Caja – Fischel, la prueba testimonial es importante, pero el respaldo lo constituye la prueba documental. “Ahí, estimo que el Ministerio Público lo está haciendo bien al no contar solo con testimonios sino también con documentos probatorios”, dijo. Respecto a la supuesta negociación a que habría llegado la Fiscalía con Eliseo Vargas– modificarle las medidas cautelares y eximir a su hija en la causa a cambio de información–los expertos defienden esa estrategia.
El Ministerio Público, afirman, tiene la exclusividad sobre la investigación y puede manejar criterios de “oportunidad” en relación con lo que diga un imputado. Eso sí, la Fiscalía debe valorar si la información que da es concordante con lo que se está investigando y si comprueba los hechos investigados.
La norma es que los términos en que la Fiscalía negocia beneficios con los imputados se mantiene en secreto. Y éstos se otorgan cuando se verifica la veracidad de lo declarado.
La ironía Carlos LÁSCAREZ S.
clascarez@aldia.co.cr
Las vueltas de la vida. Corrían los años 70 y su primer puesto político fue en la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, la misma a la que, años atrás, su padre, Rafael Ángel Calderón Guardia, le había dado vida.
Hoy, un escándalo mayúsculo ligado a esa institución y a estrechos amigos y colaboradores, tiene a Rafael Ángel Calderón Fournier en prisión y ante un desafío sin precedentes ante los tribunales.
A los 25 años era ya diputado. Fue en el período de 1970 - 1974. Vio llegar los 80 como canciller de Rodrigo Carazo. No era algo extraño para este licenciado en Derecho de la UCR, nacido en Diriamba, Nicaragua, en 1949, en medio de una dinastía de políticos que ejercieron gran influencia en la Costa Rica del Siglo XX.
Calderón Fournier procede de una familia de profunda raigambre política. Su padre el fallecido expresidente Rafael Ángel Calderón Guardia gobernó de 1940 a 1944 y su abuelo, Rafael Ángel Calderón Muñoz, fue exdesignado a la Presidencia (vicepresidente) en la primera mitad del siglo XX.
En1983 fundó el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), a partir de la anterior Coalición Unidad y, de inmediato, se convirtió en su caudillo indiscutible, hasta hace poco más de un mes, cuando se vio forzado a dejar la agrupación, abrumado por los escándalos por corrupción.
Participó como candidato presidencial en dos contiendas electorales (1982 y 1986). Las derrotas en ambas fueron duros golpes ante los socialdemócratas Luis Alberto Monge y Óscar Arias, respectivamente.
En 1990, en su tercer intento, fue electo para un período de cuatro años y ejerció un gobierno caracterizado por su apego a los dictados económicos del Fondo Monetario Internacional. Fue enemigo acérrimo del gobierno sandinista de Nicaragua durante en los 80.
La polémica siempre lo rodeó. Sus relaciones con personajes controversiales, como el millonario de origen filipino Manuel Elizalde, y el empresario mexicano Carlos Hank González, lo marcaron.
Tras salir del gobierno, hace una década, se dedicó a trabajar de notario y a otros negocios privados y en 1998 intentó llegar a la Secretaría General de la OEA. No lo logró. Entonces le dijo a su amigo Miguel Ángel Rodríguez que lo intentara. Él lo logró. Por unos días.
Apasionado por la política, las carreras de caballos y las apuestas, hoy se juega una carta crucial en su vida.
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