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Barrio peligroso En este lugar llamado barrio Ranchos de Colocho, en Los Cuadros de Goicoechea, vive la familia de Daniel Chavarría Vargas. A escasos 300 metros fue herido en la cabeza por una bala perdida. Esta fotografía fue tomada ayer a la 1:35 p.m. Manuel VEGA/Al Día
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Menor lucha por su vida
Recibió balazo en la cabeza en Los Cuadros Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA alvarosanchez@aldia.co.cr
Daniel Chavarría Vargas, de 15 años, caminaba tranquilamente hacia su casa, a las 12:30 a.m. de ayer, frente al supermercado Purral, en Los Cuadros de Goicoechea.
Cerca de ahí algunas personas asaltaban a un hombre y lo despojaban de unos ¢300 mil. Los delincuentes utilizaron la fuerza y empezaron a disparar.
Y una de esas balas tiene entre la vida y la muerte al joven, en uno de los salones de emergencias del Hospital Calderón Guardia.
Un doctora de ese centro médico, quien prefirió no identificarse, dijo ayer, a las 3:25 p.m., que el joven estaba muy mal, pues la bala le ingresó por la sien derecha y tiene un orificio de salida en la parte de atrás de la cabeza.
La especialista indicó que su estado es muy grave. El menor no fue operado y solo están a la espera de su evolución, añadió.
Daniel es vecino de Ranchos de Colocho, en Los Cuadros, y era conocido por varios jóvenes.
Al Día visitó este lugar ayer a las 12:20 p.m. pero no fue posible localizar a sus familiares. Nadie sabe nadaUn grupo de jóvenes aseguró ayer que el joven es una persona muy tranquila.
“Lo que sabemos es que él andaba por el sector, pero la verdad aquí es mejor decir que nadie ha visto, oído y mucho menos sabe nada”, respondió uno de los vecinos de Daniel.
Según otros vecinos, la alerta se dio en la madrugada cuando escucharon varios disparos, cosa normal en ese lugar.
“Yo me levanté cuando escuché los disparos. Salí a la calle y vi a un grupo de personas que veían a otra que estaba en suelo. Me quedé en mi casa esperando a ver si se movía, de largo, pues aquí es mejor no meterse en donde no lo llaman”, explicó ayer Javier Aguilar, quien viven cerca del supermercado frente al cual se produjo el incidente.
Vecinos de Los Cuadros mostraron ayer su descontento con la violencia que existe en esa barriada.
De hecho, ayer se produjo otra balacera a las 2:55 p.m. cuando varios delincuentes ingresaron a un autobús de transporte público para asaltar al chofer y a los usuarios.
En ese lugar asaltan un bus diario, según la policía del lugar. ViolenciaEsta no es la primera vez que la violencia provoca dolor en una familia de Los Cuadros.
El 26 de setiembre del 2003, la niña Lady Murillo, de 12 años, resultó herida en un peligroso tiroteo.
La menor fue alcanzada en el cuello por una bala perdida que habría disparado un hombre que discutía con su padrastro, de apellido Espinoza. Fue trasladada al Hospital Calderón Guardia, donde fue estabilizada.
Asimismo, durante este año se registran varios accidentes con balas perdidas en diferentes lugares del país que han dejado una muerte y varios menores heridos. (Ver recuadro).
La muerte ocurrió el domingo 8 de agosto anterior. Elvis Mauricio Coronado López, de 22 años, murió tras recibir un disparo por la espalda que hizo un cliente de un conocido bar en Guápiles durante un pleito, supuestamente, entre pandillas.
Según la versión policial, este hombre, vecino de Nicoya, Guanacaste, no tendría nada que ver con la trifulca que se inició dentro del bar y fue impactado por una bala perdida cuando se encontraba a pocos metros de la entrada principal del establecimiento.
Balas trágicas
Este año se registran varios accidentes por balas perdidas:
Sábado 26 de junio del 2004:
Crístopher José Muñoz Arce, de 16 años, se debatió entre la vida y la muerte tras ser alcanzado por una bala perdida, mientras esperaba taxi con su mamá frente al bar Popeye, en Barrio Cuba, San José. El joven fue herido en el tórax por el dueño de un taller de vehículos que disparó en la vía pública para enfrentar a dos delincuentes que huían en motocicleta tras haberlo asaltado segundos antes.
Lunes 16 de febrero del 2004
Doreylin Rojas Rojas y Angie Campos Barrientos, de 10 y 11 años, estudiantes de quinto grado de la Unidad Pedagógica José Rafael Araya Rojas, en La Florida de Tibás (San José), estaban en recreo cuando fueron heridas por un joven de 17 años, colegial de ese mismo centro educativo. Aparentemente, éste portaba un arma de bajo calibre en su bulto, y ésta se accionó en forma accidental.
La primera niña presentaba el impacto de bala cerca del tobillo izquierdo, y la segunda en el derecho.
Domingo 11 de enero del 2004
Ángel Joseph Bustos Alfaro, de 6 años, recibió un balazo de una carabina que se le disparó, al parecer por accidente, al esposo de su hermana mayor. Él estaba fuera de la casa, en Cartagena de Santa Cruz de Guanacaste. La bala le ingresó por la garganta.
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