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Víctor Manuel Brenes, de la Asociación de Desarrollo de Los Chiles de Aguas Zarcas, cuestionó el proyecto de vivienda Llanos de Alicante, que propiciaría la llegada de personas desconocidas a la zona.
Alexánder OTÁROLA/Al Día
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Polémica por proyecto habitacional Marcela DELGADO, corresponsal
Ciudad Quesada.- Hace poco más de dos meses, se iniciaron los movimientos de tierra y los trámites respectivos para lo que será Llanos de Alicante, un proyecto de vivienda que se desarrolla en Los Chiles de Aguas Zarcas.
Para 190 familias, el proyecto significa el sueño de lograr casa digna, pero, para otras 500 que viven en esa comunidad, arroja un mar de dudas.
Doña Gladys Guzmán tiene más de 20 años de vivir en ese pueblo. “Aquí es muy tranquilo, y no dudamos de que más población genere desarrollo, pero nos preocupa lo que pueda pasar, pues no hay fuentes de empleo, ni espacio para más gente”, comentó.
Uno de los miembros de la Asociación de Desarrollo de Los Chiles de Aguas Zarcas, Víctor Manuel Brenes, manifestó que no se oponen a la creación del proyecto de vivienda, pero no saben quiénes van a vivir ahí, ni si el pueblo tiene la capacidad de dar servicios públicos a todos.
También les preocupa que no encuentran respuestas a sus interrogantes, agregó.
Ayer, convocaron a una reunión con representantes de la empresa constructora, miembros de la municipalidad y algunos beneficiarios, pero, según dijeron miembros de la asociación, los representantes de la empresa llegaron cuando ya mucha gente se había ido.
“A nosotros nos han dicho que viene gente de San José. Nos preocupa, pues no queremos gente problemática ni gente que no sea de esta zona”, añadió Brenes.
Además, mencionó que aún no conocen muy bien quiénes están detrás del proyecto de Llanos de Alicante. Solo saben de una persona que gestiona los beneficiarios por medio de una fundación dedicada a estos proyectos. AvanceEn su momento, Brenes fue representante del proyecto en la asociación, y se encargó de conseguir gente que se afiliara.
Hoy señala que se trata de un complejo de 190 casas, pero algunos trámites para convertir calles privadas en públicas atrasan el avance. Brenes no pudo precisar si ya se ha elegido a todas las familias beneficiarias.
Hasta el momento, solo 36 lotes están debidamente visados por la Municipalidad de San Carlos.
“Esos terrenos están a derecho, pues se escogieron primero los que están frente a la vía pública, pero igual damos la lucha para que la gente que llegue sea de esa comunidad”, explicó el alcalde Alfredo Córdoba.
Según varios vecinos, semanas atrás visitaron el complejo las 36 primeras familias beneficiadas, al parecer para tratar de agilizar el desarrollo del proyecto, que constará de dos etapas.
“A mí me da miedo que, según dicen, ubiquen al primero que pague”, dijo una vecina, que no quiso identificarse.
Intentamos conocer la versión del abogado del proyecto, Rónald Brenes, pero no atendió el teléfono. Miembros de la asociación informaron que el agua con que cuentan, alcanza para atender la posible demanda. Lo que preocupa es que el tubo distribuidor deberá ser más grande.
Asimismo, temen que el servicio en el EBAIS colapse. “A estas alturas, ya hay problemas porque somos muchos, y el EBAIS es muy pequeño. Imagínese si llega más gente”, comentó otra vecina.
Además, los lugareños solicitan a los encargados del proyecto construir, al menos, 2 aulas más para la escuela.
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Doña Yahaira Salas fue víctima de una estafa hace 3 años, cuando le ofrecieron cumplir su sueño de tener casa nueva. Los vecinos temen que suceda lo mismo con el nuevo proyecto.
Alexánder OTÁROLA/Al Día
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Otro temor Marcela DELGADO, corresponsal
Ciudad Quesada.- Aparte de las preocupaciones por el impacto social que podría traer este proyecto a la comunidad de Los Chiles de Aguas Zarcas, a la Asociación de Desarrollo le inquieta que se repita lo que, tiempo atrás, sucedió en ese mismo caserío.
Doña Yahaira Salas recuerda con tristeza cómo, hace 3 años, le ofrecieron cumplir el sueño de su familia: tener una casa.
“Empecé a ir a las reuniones. Un señor era el que gestionaba todo y nos pedía la plata. Pagué entre ¢12 mil y ¢22 mil, pero me retiré porque no me gustó, pues seguían pidiendo plata y yo no tenía”, comentó.
Ella pertenece a una de las 60 familias que entregaron dinero con la esperanza de vivir dignamente, pero hoy, 3 años después, aún no ven sus casas.
Salas agregó que algunas personas dieron hasta ¢100 mil, con la amenaza de que, si algún beneficiario se retiraba, perdería su dinero.
Según señaló Víctor Manuel Brenes, la preocupación de la asociación es que no se repitan las estafas que hubo en el pasado con otros planes habitacionales.
No fue posible localizar a la persona encargada de este proyecto, quien, sin embargo, está convocando a una reunión, la próxima semana, tanto con miembros de la Asociación como quienes entregaron dinero y no tienen casa.
“La idea es que se logre un acuerdo. Hay gente muy pobre que necesita que le devuelvan ese dinero”, agregó Brenes.
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