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Doloroso
Aún está fresco el recuerdo de la muerte de Marc Vivien Foe, quien el 26 de junio del año pasado murió durante un juego ante Colombia. Jairo Patiño llegó a auxiliarlo.
AP/Al Día
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Desenlaces fatales
Males congénitos no perdonan ni a los deportistas Milton MONTENEGRO
mimontenegro@aldia.co.cr
La muerte del joven basketbolista Stephen McDougall, jugador del equipo Coyotes de Santa Ana, quien falleció el miércoles mientras efectuaba un partido de exhibición, es una muestra más de que los males congénitos no perdonan ni a los deportistas.
Los aneurismas y los infartos cardiovasculares, al ser males congénitos, son difíciles de prevenir a tiempo.
“No dan síntomas y por eso se da el fenómeno de muerte súbita. Como no brindan señales de que algo anda mal, el paciente no se examina y luego se produce el fatal desenlace”, dijo Jonathan Poveda, cardiólogo del Hospital San Juan de Dios.
Según algunos médicos, como Adrián Gutiérrez, de la Comisión de Selecciones, las malformaciones son la causa de problemas, tanto a nivel cardiovascular como del cerebro.
Jonathan Poveda agregó que los males congénitos se presentan en cualquier persona, pero en caso de deportistas, los infartos cardiovasculares podrían originarse cuando llega el sobreesfuerzo en la actividad física.
“Estos males afectan a cualquiera y nada tiene que ver si una persona es un atleta de alto rendimiento, pero si un deportista hace un sobre esfuerzo, posee más riesgo de presentar una complicación”.
Poveda hace la aclaración que el ejercicio no es malo, todo lo contrario, pero debe ser controlado. EnlutadosA nivel nacional otros deportistas también fallecieron por causas similares a las de McDougall.
Este es el caso de Jonathan Orozco, joven valor del Saprissa, quien hace dos años falleció cuando llegaba a su casa de habitación.
El exmundialista juvenil en Argentina, cayó de repente cuando estaba por ingresar a su casa.
Otro hecho que enlutó el deporte nacional fue el del fondista Miguel Alfaro Rojas, quien el año pasado falleció de un paro cardiorrespiratorio en la Carrera Internacional de la Paz.
Álvaro Prendas murió en 1993 en la tercera edición de la carrera de la Asociación de Corredores de Bolsa. Dos años después, Rodrigo Lépiz falleció de un paro cardiaco en la IX edición de la carrera de Santa Ana.
En el ámbito internacional, los amantes del deporte aún tienen fresco el recuerdo del desplome que sufrió el futbolista camerunés Marc Vivien Foe, quien el 26 de junio del año anterior, cayó en el medio campo durante el juego entre su selección y Colombia.
Su muerte fue causada por una hipertrofia cardiaca, probablemente congénita.
Otro futbolista que también murió en un partido, fue Miklos Feher, exjugador del Benfica, quien en enero de este año cayó sobre la hierba del estadio portugués Afonso Henriques, de Guimaraes, en los últimos minutos del partido contra el Vitoria.
En esa ocasión, el doctor Enrique González Ruano, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol (RFEF), consideró que “seguirán dándose muertes súbita pese a la prevención entre los deportistas, ya que el esfuerzo físico es un precipitante” en estos casos de fallecimiento.
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Lamentable
Stephen McDougall, jugador de baloncesto de Santa Ana: otro ejemplo de que los males congénitos no perdonan ni a los deportistas.
Archivo/Al DíaAl Día
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Muerte súbita
Los aneurismas cerebrales revientan sin previo aviso Milton MONTENEGRO
mimontenegro@aldia.co.cr
¿Por qué de repente una persona o un atleta de alto rendimiento se desploma y pierde la vida? ¿Por qué se dan las muertes súbitas?
Estudios médicos determinan que las arritmias cardiacas y los problemas estructurales en las arterias coronarias podrían contribuir a los fallecimientos súbitos por paros cardiacos.
Una nota que publicó la Agencia de Noticias EFE, detalló que un estudio divulgado en la ciudad estadounidense de San Francisco, y presentado durante la XXV reunión de la Sociedad sobre el Ritmo Cardiaco, señaló que la causa más común del paro cardiaco súbito es una anomalía grave del ritmo cardiaco, conocida como “fibrilación ventricular”.
Adrián Gutiérrez, médico integrante de la Comisión de Selecciones, consideró que las muertes súbitas se dan por los aneurismas cerebrales, los paros cardiorrespiratorios y porque algunos deportistas recurren a las drogas, especialmente la cocaína.
“Los aneurismas son un defecto en la arteria del cerebro que tienden a estallar y producen sangrado craneal y en algunos casos es fulminante.
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Estupor
Un aneurisma provocó este año la muerte de Miklos Feher, exjugador del Benfica. Sus compañeros no lo podían creer.
/APAl Día
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“Los paros cardiorrespiratorios son fallas cardiacas y respecto a la cocaína, produce un estado de euforia y muchos atletas adictos la utilizan para elevar el rendimiento y esto puede ocasionar un paro”.
Practicar deporte no significa que la persona corre el riesgo de morir súbitamente.
Enrique González Ruano, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Fútbol, explicó que un estudio reciente sobre la muerte súbita refleja que “la incidencia de esta causa de fallecimiento es de 1,6 por cien mil habitantes, entre las personas que practican deporte con asiduidad”.
Triste adiós
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Inesperado
Jonathan Orozco, exfutbolista del Saprissa, falleció hace dos años cuando llegaba a su casa de habitación.
Archivo/Al Día
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Fulminante
Miklos Feher, exjugador del Benfica, se desplomó sobre el césped en los últimos minutos del partido contra el Vitoria.
Archivo/Al Día
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Aros de luto
Reggie Lewis, de los Celtics, en la NBA, sufrió un colapso en 1993 y murió de una inesperada afección cardiaca.
Tomada de internet/Al Día
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Golpe
Los accidentes tampoco faltan: el 27 de abril del año pasado, el exguardameta del Municipal, Dany Ortiz, falleció tras recibir un fuerte golpe en el pecho, en el clásico chapín contra Comunicaciones.
Archivo/Al Día
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Mucho esfuerzo
Dos atletas murieron tras participar en la maratón internacional de Pekín (China) que se efectuó el domingo. Wu Xiuying (en la foto) sólo sufrió un susto, pero terminó extenuada.
AP/Al Día
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