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Jorge y Guiselle Hernández, padre e hija no videntes grabaron 100 copias de su disco “Lucero del Norte”. Los artistas, de Ciudad Quesada, buscan apoyo para producir mil copias más.
Elsa ROJAS/Al Día
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Músicos de corazón Elsa ROJAS, corresponsal
Ciudad Quesada.-“Lucero del Norte”, así se llama la producción discográfica de Jorge y Guiselle Hernández, padre e hija, quienes a pesar de ser ciegos y vivir con escasos recursos económicos, en su vida no hay oscuridad, todo brilla gracias a la música.
“Yo soy poeta desde los 11 años, lo descubrí un día cuando iba corriendo atrás de un payaso, y como ya para ese tiempo era corto de vista, me metí en una boñiga. El payaso me dijo una cuarteta burlándose de lo que me había pasado y yo le respondí con otra”.
Con esa anécdota, don Jorge Hernández recordó como fue que encontró ese talento para rimar y componer, cualidad que transmitió a su hija, quien hoy le acompaña en las interpretaciones y es quien le pone letra a la música de su autoría.
Doña América Cedeño Durán, la esposa de Jorge, no se queda atrás con su afición musical, sin embargo, no puede acompañarlos cuando tienen alguna presentación, porque debe cuidar a sus otros dos hijos, Seidy y Jorge, que padecen parálisis cerebral.
El disco salió a la venta hace poco tiempo, pero se gestó durante muchos años.
La idea de realizarlo surgió en 1989, cuando compusieron una canción para ir a cantarla a las fiestas de la Cámara de Ganaderos.
En una ocasión el Concejo de Ciegos de San Carlos (COCISAN) les ofreció apoyo para concretar el sueño. Gracias al contacto, apoyo y equipo del Patronato Nacional de Ciegos este año pudieron grabar un disco compacto.
El disco consta de 12 canciones folklóricas, entre las que se incluye “El Susto del ataúd”, “Marcha a la Virgen de los Ángeles”, “A la cámara de ganaderos” y “Vivan las marimbas”. Difícil situaciónPara esta familia, vecina de San Luis de Ciudad Quesada, la vida es difícil de sobrellevar, la ceguera que afecta a todos sus miembros les dificulta trabajar y las empresas iniciadas por ellos, no han tenido mucho éxito.
Don Jorge es vendedor autorizado de la Junta de Protección Social de San José (JPS), pero personas inescrupulosas se aprovechaban de su discapacidad para darle billetes de menor denominación, lo cual lo llevó a contraer una gran deuda con la junta.
Lo mismo le ha sucedido con la venta de los discos, “uno de estos días, Giselle vendió uno en el mercado y le dieron un billete de ¢2 mil, haciéndola creer que era de ¢5 mil, precio que tiene el ejemplar”, dijo don Jorge.
Las adversidades no les quitan el ánimo ni las ganas de seguir componiendo y tocando música, están gestionando ayuda con el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), para que les financie la producción de 1.000 copias de su disco.
Con el apoyo del Patronato Nacional de Ciegos tienen 100 copias a la venta en la Discoteca Juvenil y el Centro Silor de Ciudad Quesada.
La familia sueña con grabar otros discos: dos de carácter folklórico, uno de boleros sancarleños y dos de música cristiana.
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