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La producción de piña ha crecido de manera acelerada en zonas como Pital de San Carlos. Archivo/Grupo NaciónAl Día
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Agricultura en crecimiento Vivian MEDINA, corresponsal
Ciudad Quesada.- Los cultivos tradicionales, entre los que destacan el frijol, el arroz y el maíz, han sufrido disminuciones significativas, producto de diversos factores como las crisis, plagas, aspectos climáticos y poca rentabilidad.
En contraste, durante los últimos 10 años, productos como el plátano, la piña, raíces y tubérculos, aumentaron sus áreas de siembra debido a la exportación, indica el X Informe del Estado de la Nación.
El director regional del Ministerio de Agricultura y Ganadería, Fernando Vargas Pérez, aseguró que las actividades agropecuarias se coordinan a partir del comportamiento de los productos en el mercado nacional y el extranjero.
Vargas afirmó que la caña de azúcar es uno de los sectores con mayor estabilidad, al pasar de 46 mil a 47 hectáreas sembradas.
El producto tiene un gran potencial para la fabricación de alcohol, y llega hasta los mercados internacionales de Canadá, México y Estados Unidos, entre otros destinos.
Vargas aseguró que la ampliación de las áreas de siembra de piña, según lo expuesto en el informe, se da por la preferencia que el producto tiene en el extranjero.
En 1998 el país tenía 9.300 hectáreas sembradas de piña, mientras que en la actualidad el área alcanza las 15.500 hectáreas. Esta cifra convierte a la zona en una de las mayores productoras de piña a nivel nacional.
El representante del MAG agregó que entre plátano, piña, raíces y tubérculos que se producen en la Región Huetar Norte, se reporta un ingreso de $350 millones anuales. (Más de ¢157 mil millones) Áreas amenazadasEn cuanto a las áreas protegidas de la región, el estudio precisa que entre el 2000 y el 2004 se han perdido entre 4 mil y 8 mil hectáreas de bosque, solo en Sarapiquí.
Resalta que especies como la lapa verde continúan en grave peligro de extinción, debido a la tala del almendro.
Esta situación se presenta en la zona fronteriza, donde se calcula existen entre 25 y 35 parejas de lapas, cuando el mínimo para conservar la especie es de 50 parejas.
Durante el 2003 también fue descubierta una matanza de cocodrilos en las márgenes del río Caño Negro, a manos de una red de de cazadores que comercializa carne y cuero del animal en Nicaragua.
José Vega, funcionario del Ministerio de Ambiente en la zona fronteriza, indicó que carecen de personal y recursos. Dijo que ni siquiera tienen una computadora para presentar las denuncias.
En el caso de los vehículos, éstos no reúnen las condiciones para ingresar a las áreas protegidas y no tienen los recursos para mejorar el transporte
Explicó que son grandes extensiones de terreno, compuesto por humedales, por lo que necesitan un bote especial para hacer operativos en las zonas más vulnerables.
Vega agregó que no disponen de un plan de manejo en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Corredor Biológico fronterizo, lo que dispara anualmente la cacería y la tala ilegal.
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