Jueves 28 de octubre, 2004. San José, Costa Rica.


Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto... Luis Miguel en concierto...

Campeonato Nacional 2004-2005


 

Perspectivas

¡Qué alivio!

Santiago Manzanal Bercedo

(Monólogo verborreico del imaginario colectivo ante el espejo en el momento de afeitarse. La rasuración de pelos de mejillas y barbillas ha inspirado a menudo –nadie sabe por qué– varias de las grandes ideas, y también las más estúpidas, que han gobernado a la Humanidad)

Pobres los pobres... la verdad es que, en el fondo, tiene su lógica: carecen de casi todo, o poseen apenas nada, y, entonces, hacen lo que hacen, por supuesto que a nadie le gusta, y menos cuando uno es víctima de ellos, pero si la gente que vive bien, con lo necesario y algo más, cómoda y tranquila con sus haceres, decires y, sobre todo, con su conciencia, despertara las mejores fibras de su corazón y practicara un poco la caridad cristiana, entendería que se trata de un asunto de supervivencia, de mera supervivencia, ay, verse obligados a ese extremo, qué doloroso, terrible... pobrecillos, bastante desgracia tienen ya y, para colmo, acaban siendo unos cleptómanos empedernidos y, bueno, si te descuidas, pues ya se sabe, te roban hasta el aliento. Pensándolo bien, hay un argumento a su favor: la tesis de Rousseau, ah, el gran Juan Jacobo, qué insigne pensador, con aquello de que el hombre es bueno por naturaleza, pero, zas, la sociedad lo corrompe, un asunto discutible, ¿no?, vamos, por demasiado optimista, digo yo, pues el bestiario humano se las trae... aunque eso tiene la enorme y democrática ventaja de que a los de arriba, a los del medio y a los de abajo nos lava el alma y nos evita ir al confesionario, porque, si te malean, la culpa nunca es de uno y siempre es de los otros, de los que están alrededor, qué caray, de la sociedad (sonrisa socarrona frente al espejo), que no hay nada como dormir a pata suelta y esa felicidad no se paga ni con todo el dinero del mundo (cambio de hojilla de afeitar)... ¡Bah!, para qué tanta teoría y tontería, fruslerías, solo fruslerías, si hasta ellos mismos lo reconocen, qué encantador oírles decir: “quiero aclararle que yo soy pobre, pero honrado”, qué muestra de sinceridad, aunque ésos son casos aparte y, como la excepción confirma la regla, la consecuencia es obvia: todos los demás mortales liberados de esa cruz de penurias, estrecheces y poquedades son... somos... son... somos... intachables. ¡Qué alivio y qué bien hecho está el mundo!

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2004. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr