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Archivo/Grupo NaciónAl Día
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Mente sana
Bulimia Erick Quesada
equesadar@racsa.co.cr
Hace unas semanas me referí a la anorexia. Hoy hablaré sobre la bulimia, pues en ocasiones pueden presentarse juntas y confundirse. La bulimia es un trastorno de la alimentación caracterizado por episodios repetitivos en los que se ingiere una cantidad desproporcionada de comida y por una preocupación excesiva por el control del peso corporal.
Esto hace que la persona intente evitar el aumento de peso
a través de medidas extremas como provocarse el vómito, purgarse, las dietas estrictas o hacer ejercicio en exceso. Quienes padecen bulimia presentan pesos bastante normales, algo que la diferencia de la anorexia, aunque suele ser común que quien padezca anorexia desarrolle bulimia con el paso del tiempo, pero no a la inversa.
La bulimia se presenta sobre todo en mujeres con edades
entre los 15 y los 24 años, y entre sus principales síntomas encontramos los episodios de consumo rápido de gran cantidad de alimentos en períodos cortos de tiempo (atracones) y la sensación de no poder parar de comer.
Además, la persona bulímica alterna atracones y periodos de dieta. Como los atracones se dan en la mayoría de los casos a solas, quienes rodean a la persona muchas veces ni siquiera sospechan de su padecimiento.
Entre los principales rasgos psicológicos que están presentes en quienes la padecen encontramos dependencia, baja autoestima, tendencia a controlar, al perfeccionismo y a la depresión. Entre las consecuencias emocionales más comunes se observan cambios en el estado de ánimo, culpa, ansiedad, vergüenza y agresividad, lo que puede dañar las relaciones con familiares, amigos y compañeros de trabajo o estudio.
Algunas de las consecuencias en el ámbito físico son los desgarros y hemorragias en la garganta y el esófago, así como el desgaste del esmalte en los dientes por causa del vómito inducido. Además, por esta misma causa, los niveles de sodio y potasio disminuyen, lo que produce debilidad muscular, confusión, falta de concentración y latidos cardíacos irregulares, entre otros.
La bulimia no debe considerarse un capricho o una necedad
de quien la padece. En la terapia, resulta de suma importancia identificar
aquellas situaciones, sentimientos y pensamientos que desencadenan los atracones,
para poder hallar formas sanas y asertivas de enfrentarlos.
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