Miércoles 29 de septiembre, 2004. San José, Costa Rica.


Campeonato Nacional 2004-2005


 

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Foto Principal: 817279
Difícil momento
Familiares y empleados de la víctima cuando llegaron ayer a la calle “El Avispero”, en Tarbaca, a cerciorarse de que, efectivamente, la víctima era don William Mntero Bogantes.
José RIVERA/Al Día

Asesinado comerciante

Lo hallaron en Tarbaca

Rodolfo MARTIN

Un conocido comerciante del MercadoBorbón apareció asesinado ayer en la madrugada en un solitario paraje de la calle “El Avispero”, a unos 600 metros del hotel Altavista en Tarbaca, Aserrí, informó el OIJ.

La víctima, William Montero Bogantes, de 66 años murió víctima de tres disparos.

Además:

  • Inusual tardanza
  • Uno de ellos fue en la cabeza, mientras que los dos restantes en el abdomen, de acuerdo con las apreciaciones iniciales, precisó la oficina de prensa del OIJ.

    La policía no tenía claro cuál habría sido el móvil porque, entre otras pertenencias, la víctima llevaba consigo alrededor de ¢240.000.

    Inicialmente, pudo haber portado unos ¢300.000 del dinero que había reunido durante el día en su tramo y otra plata que había sacado para hacer unos pagos.

    Montero, además, también era dueño de un bar en Hatillo.

    Parte del dinero era, precisamente, para pagar ayer a la Cervecería Costa Rica, expresó su esposa Maritza Vega.

    El hallazgo

    El “Chino William”, como era conocido, apareció dentro de un “pickup” de su propiedad marca Toyota y de color gris.

    Montero estaba sentado frente al volante, con parte de su cuerpo inclinado hacia el asiento del acompañante.

    Así lo encontró ayer a las 5:45 a.m, José Padilla Ureña, un vecino de La Fila de Aserrí que, desde hace unos 15 días, trabaja en el hotel Altavista de manera temporal.

    “Creí que había sufrido un infarto por lo que me devolví al trabajo a llamar por teléfono a la policía y a la Cruz Roja de Aserrí”, relató el testigo de 40 años.

    Padilla volvió al sitio y, desde otro ángulo, pudo observar rastros de sangre en la oreja derecha del conductor por lo que temió que algo peor había sucedio.

    Al llegar los cruzrojistas confirmaron que estaba muerto. Luego, con la presencia del OIJ se precisó que había sido asesinado.

    Existe la presunción policial de que habría sido ultimado en algún otro lugar porque en el sitio no aparecieron casquillos, según expresó la oficina de prensa del OIJ.

    No obstante, sí aparecieron otro tipo de indicios, de acuerdo con las marcas que se hicieron en el sitio durante la sesión de fotos por parte de los oficiales del OIJ.

    A las 10:00 a.m., cuando los especialistas trabajaban la escena, Montero pudo haber tenido unas 14 horas de muerto, según una médico forense que llegó al sitio.

    Así lo escuchó el capitán Wilson Jiménez, jefe de la delegación de la Fuerza Pública de Aserrí.

    El levantamiento del cuerpo ocurrió a las 11:50 a.m. por órden del juez Oscar Herrera, quien se hizo presente con el fiscal Manuel Rojas.

    El comerciante deja un total de 10 hijos, según versiones familiares.

    La última vez que un familiar vio con vida a Montero fue poco después de las 7:00 p.m. del lunes, cuando salió de la casa de su hija Patricia, en la ciudadela La Capri.

    Kathya dijo que la había ido a visitar para llevarla a donde una persona que le arreglara un tobillo que se le había desmontado.

    Ahí estuvo y salió, supuestamente, con toda la intención de regresar a su casa en Los Angeles de San Rafael de Heredia.


    Inusual tardanza

    Los malos augurios acerca de que algo irregular podía estar ocurriendo alrededor de don William Montero Bogantes, comenzaron a aparecer poco después de las 7:00p.m.

    A esa hora, sus hijos menores Kathy y Miguel lo esperaban, como de costumbre, en su casa en Los Angeles de San Rafael de Heredia.

    La puntualidad era religiosa, porque a esa hora él asumía el cuidado de los hijos, pues su madre, doña Maritza Vega se iba a atender un bar en Hatillo.

    Don William, por lo general, trabajaba por las mañanas en el tramo de verduras y frutas en el Mercado Borbón. Al mediodía llegaba con “almuerzo” a la casa para sus hijos, con quienes conversaban algunos minutos.

    Luego volvía a salir a atender su negocio, hasta las 7:30 p.m., cuando volvía a la casa para no salir más.

    Antenoche, al ver que no llegaba, fueron los muchachos los primeros en tratar de localizarlo a su teléfono celular.

    Al no poder localizarlo, informaron a su mamá, quien de inmediato también procuró hacerlo. A las 3:00 a.m., lo reportaron como desaparecido.

    La última vez que lo vieron con vida fue poco después de las 7:00 p.m. cuando salió de la casa de su hija Patricia en la ciudadela La Capri.

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