Viernes 08 de abril, 2005. San José, Costa Rica.



 

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Despedida
Entre 2 y 4 millones de fieles, personalidades políticas y mandatarios se acercaron ayer a despedir a Juan Pablo II, a tan solo unas horas de su funeral, hoy, a las 10 a.m. local (2 a.m. en Costa Rica).
AP/Al Día

Multitudinario adiós

Avalancha humana en despedida a Juan Pablo II

Magally BATISTA, enviada especial, agencias AFP y AP

Una de las mayores concentraciones religiosas occidentales en tiempos modernos era el marco para las exequias, esta madrugada de su Santidad Juan Pablo II.

Personalidades de la realeza, poder político y una multitud de fieles, cuya estimación variaba entre 2 y 4 millones, se mezclaron para darle el adiós al carismático Pontífice fallecido el sábado, a los 84 años.

A esta Ciudad Eterna colapsada llegamos ayer y encontramos a decenas de ticos que se confundían en la multitud de fieles. "Era nuestra vitamina, maestro de la conciliación. luchador hasta el fin", nos dijo ayer Esteban Purcel a la entrada del Castel Sant'Angelo, un tico de 30 años que vive en Roma desde su infancia.

Y junto a él un cauce interminable de nacionalidades que corría hacia la Basílica de San Pedro para mirar por unos segundos, el cuerpo de Papa, vestido con su sotana blanca y casulla roja.

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Unificador
Los ticos Marcia Matarrita, Abel Salazar, Ángela Cordero y Esteban Purcel coincidieron en afirmar ayer en Castel Sant' Angelo, Roma, que para ellos el Papa Juan Pablo II fue un unificador.
Magally BATISTA/Al Día

Todo esto lo vivimos en el marco de las horas previas a un funeral considerado histórico, previsto para las 2 a.m. de Costa Rica, (10 a.m. de Roma). Con la asistencia de entre 2 y 4 millones de personas y 200 mandatarios.

La ceremonia de tres horas, presidida por el cardenal alemán, Joseph Ratzinge, concelebrada por los cardenales, iba a ser seguida por millones de personas en todo el mundo por medio de la televisión. Juan Pablo II quedará sepultado en tierra bajo una sencilla lápida de mármol blanco en la cripta de la Basílica de San Pedro, en el lugar que ocupó Juan XXIII.

Cantos en diferentes lenguas decían lo mismo: te queremos. Y pancartas con su rostro, banderas polacas y aplausos homenajeaban al que el costarricense Mauricio Murillo, de Guadalupe, llamó hombre de unión... de paz. Sus palabras encontraron eco en su amigo Maxiste Murcia, de Alajuela. Ambos estaban en Roma para cantarle a la Virgen de Loretto y al Papa, pero éste ya no los escuchó.

"Para mí el será siempre padre de paz y amigo de la juventud", comentó otra tica Marcia Matarrita. Ella y varios ticos llegaron a Roma para participar en un festival de canto. Hoy regresan al país a las 10 a.m. lo que les impidió asistir al funeral del Papa programado a esa hora local.

Honores

El Vaticano hervía de homenaje. de diversidad. Así lo contaban los trajes coloridos de peruanos, las banderas de españoles y los aplausos de los polacos. Todos unidos por su fervor hacia el Pontífice.

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En fila
Cientos de jóvenes durmieron en la Vía de la Conciliazione, que une el Vaticano con Roma. Aunque recorrer 15 metros tomaba 90 minutos, esto no hizo retroceder a los fieles.
Magally BATISTA/Al Día

Eva Gxowaki, de 10 años, no dejaba de poner en alto una foto del Papa. Y su amigo Grzegorz Bvdnewski, con muletas, fue a despedirse del que el llama "mi Padre".

Pero también desde las tierras incas llegaron César Medina, su hija Martha y su primo Freddy Vaseoles. "Hicimos fila por unas tres horas, pero no pudimos verlo porque la bebé lloraba".

Y es que los empujones, el ahogo y el cansancio acumulado no venció el deseo de mirar al Santo Padre por parte millones de peregrinos: un turista por cada local. Aunque recorrer 15 metros tomaba 90 minutos, ello no hizo retroceder a los fieles ubicados en la Vía de la Conciliazione, que une el Vaticano con Roma.

Los desmayos estuvieron a la orden del día, al igual que la vigilancia y la seguridad. Unos 5 mil policías reforzados con militares hacían guardia alrededor de las cercas metálicas que frenaban la devoción poco controlada.

El agua embotellada, las sillas de ruedas, las minitiendas de personal de salud, los emparedados de maní con pan francés para aplacar el apetito abundaban en el trayecto. Si no que lo digan las hermanas, Michaela, Rafaela y Bernadeta de la orden de Santo Domingo, de Praga. Y todo ello dentro del Vaticano. Fuera, la ciudad se vestía de su acostumbrada y agitada, pero normal, actividad.

Unos segundos

Dos televisores gigantes mostraban el cuerpo del Papa y a los peregrinos que pudieron llegar a verlo por unos instantes, aunque algunos duraron más de cinco horas para lograrlo. Otros hasta 20 horas.

Faltaban pocas horas para el funeral. El rostro del Papa sería cubierto por un velo y su cuerpo sería enterrado bajo tierra, en las conocidas grutas vaticanas.

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Y la jalea
Desde Praga llegaron las hermanas religiosas Michaela, Rafaela y Bernardeta para ver el Papa. Tras dos horas de fila, ayer lo consiguieron. No pudieron soportar las ganas de comerse un emparedado con jalea de maní.
Magally BATISTA/Al Día
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Lectura
Los cardenales leían ayer varios documentos en su cuarta reunión, en la Sala Pablo VI del Vaticano, antes de divulgar el testamento del Papa.
EFE/Al Día

Papa pensó renunciar

En el 2000

Ciudad del Vaticano/AP. El Papa Juan Pablo II dio a entender en su testamento espiritual que consideró la posibilidad de renunciar en el 2000, cuando ya estaba enfermo y la Iglesia Católica entraba en un nuevo milenio.

El testamento, divulgado ayer, indica que el Pontífice no dejó bienes materiales y pidió que todas sus notas personales fueran incineradas. Menciona solo a dos personas con vida: su secretario privado y el rabino principal de Roma.

El Papa consideró la opción de un funeral en Polonia y de que los cardenales tuvieran en cuenta la opinión de los polacos. Pero tres años después dijo que los cardenales no tenían obligación de escuchar a los polacos, pero que podían hacerlo.

Juan Pablo escribió su testamento en sus 26 años de pontificado, comenzando en 1979, el siguiente a su elección. Fue escrito en polaco y traducido al italiano.

Cada vez que lo escribió lo hizo en Cuaresma, reflexión que precede a la Pascua. En sus escritos del 2000, cuando eran evidentes los efectos del mal de Parkinson, el Papa se manifestó atormentado y mencionó el atentado en su contra de 1981. "Haber sobrevivido ese ataque"- dijo- "fue un milagro".

Tras llegar a los 80 años, señaló que era hora de preguntarse sobre la frase bíblica que se refiere a Simeón que, después de bendecir a Cristo cuando era un niño, expresó: "Ahora Maestro puedes dejar ir a tu servidor".

Juan Pablo expresó que esperaba que el Señor "me ayude a reconocer por cuánto tiempo debo continuar con este servicio al que me llamó el día 16 de octubre de 1978". Pero pareció responder sus dudas dejándoselas a Dios, que indicó lo había salvado después del atentado de 1981.

También oró en ese momento por tener la "fuerza necesaria" para continuar con su misión. Solo mencionó a su secretario privado, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, a quien agradeció efusivamente sus años de servicio, y al exrabino principal de Roma, Elio Toaff, que le recibió en la principal sinagoga de la capital italiana, en 1986.

El testamento incluyó el deseo del Papa de ser sepultado en la tierra, pedido que el Vaticano está honrando al colocarlo bajo la Basílica de San Pedro.

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