 |
Inspección
Oficiales del OIJ de San Carlos en labores de recolección de indicios. El cuerpo lo levantaron a la 1:17 p.m. Los hechos ocurrieron en Finca 9, una plantación de naranjas de la empresa Ticofrut, situada en El Coroso de Los Chiles.
Edgar CHINCHILLA/Al Día
|
Asesinado por un canasto
Drama en Los Chiles, Alajuela Édgar CHINCHILLA, corresponsal
Rodolfo MARTÍN
rmartin@aldia.co.cr
Los Chiles, Alajuela.- Un nicaragüense, que deja seis huérfanos, todos menores de edad, fue asesinado ayer de un disparo, hecho en el cual figuran como principales sospechosos un padre y su hijo, de esa misma nacionalidad.
La policía identificó al muerto como Leopoldo Pérez Treviño, de 40 años, según informaron fuentes del OIJ.
El homicidio ocurrió alrededor de las 8:00 a.m. en "El Coroso" de Los Chiles, comunidad campesina a unos 20 kilómetros al sureste del centro de Los Chiles.
Pérez, quien tenía 11 años de haber llegado a Costa Rica y era vecino del poblado de La Virgen de Los Chiles, murió de manera instantánea, tras recibir un balazo al lado derecho del tórax, según los indicios iniciales.
La causa del homicidio, de acuerdo con las averiguaciones preliminares, habría sido por la disputa de un canasto vacío que el padre y el hijo, ambos de apellido Escobar, de 45 y 22 años, le intentaron arrebar.
El incidente tuvo lugar en Finca 9 de la empresa Ticofrut, donde la víctima y los sospechosos trabajaban en la recolección de naranjas.
El problema sobrevino cuando los Escobar intentaron arrebatarle a Pérez un canasto de reserva porque el suyo ya estaba lleno y necesitaban seguir cosechando.
Cada canasto reúne un total de 1.200 naranjas.
A los trabajadores les pagan ¢1.000 por canasto.
Pérez, aparentemente, se opuso a entregar su canasto de reserva porque con el que estaba trabajando ya estaba a punto de llenarlo.
La víctima, quien estaba separado de su mujer, tenía 10 años de trabajar para la compaía Ticofrut, en tanto que los sospechosos eran peones ocasionales.
Los nicaragüneses, de un momento a otro, se fueron de las palabras a los golpes.
Pérez agredió al mayor de los Escobar, por lo que su hijo sacó el arma y disparó en su contra.
No obstante, antes debió percutir el revólver en cuatro ocasiones hasta que disparó, según los testigos.
Acto seguido, comenzaron a arrastrar el cuerpo hacia una quebrada cercana en donde, presuntamente, querían degollarlo.
Sin embargo, los nicaragüenses fueron sorprendidos por otros trabajadores que a gritos les suplicaban que lo dejaran quedito.
Sin embargo, lo que menos se imaginaban es que ya estaba sin vida.
Los Escobar fueron detenidos junto con otras tres personas, quienes en conjunto serían sometidos a reconocimientos.
|
