Domingo 10 de abril, 2005. San José, Costa Rica.



 

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Milagro viviente
Gerardo Céspedes, de 52 años, volvió a nacer luego de que cinco balas atravesaran su cuerpo.
Edgar CHINCHILLA/Al Día

Nació de la muerte

Edgar CHINCHILLA, corresponsal

San Isidro de Peñas Blancas, San Ramón. Gerardo Céspedes tiene 52 años, pero apenas un mes de vida.

Nació de la misma muerte, aquella fatídica tarde del 8 de marzo cuando cinco balas atravesaron su cuerpo.

Hoy Gerardo, a quien todos recuerdan como el "guardaparques", no ve del ojo izquierdo, tiene un implante en la nariz, heridas y pines en sus brazos, dificultad para moverse y pesadillas.

Además:

  • "Dios mío, sigo yo"
  • "Él nos da fuerzas"
  • "Tuve a la muerte a la par"
  • Siempre presente
  • En su memoria
  • Pesadilla
  • Ni de lejos se parece a aquel hombre que entró al banco apenas un minuto antes que el sanguinario homicida de Monteverde.

    Es un Gerardo de mente aturdida y deteriorado físicamente, pero con una incalculable fortaleza espiritual.

    En su corazón no hay espacio para rencores. "Yo los perdoné y cuando este recuperado quiero visitar a Erlyn, decirle que lo perdono y si puedo darle un abrazo".

    Confiesa que aquella tragedia lo acercó más a Dios, a su madre, a sus siete hijos a quienes ahora valora y disfruta más.

    Gerardo era el último de la fila aquella tarde. Recuerda que detrás de él venían los asaltantes. Los pudo ver cuando avanzaban hacia el banco.

    También recuerda una A-K 47, apuntándole hacia distintas partes del cuerpo. Trató de burlar las balas, pero no pudo impedir que una le perforara la mejilla izquierda, otra el hombro y distintas partes del cuerpo.

    "Nunca pensé que fuera a morir. Nunca perdí la fe en Dios. No estaba preparado para morir", comenta.

    Es socorrista y sus conocimientos le ayudaron a controlar las hemorragias. Metía los dedos en sus heridas y apretaba para contener la sangre. Hasta con el cuerpo de uno de los fallecidos prensó las heridas.

    También recuerda que en un momento quiso salir del banco. Se levantó, pero estaba tan débil que cayó sobre una silla y más bien se lastimó. Lo demás se lo han contado.

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    Para no olvidar
    El pastor Herman Ramírez recordó las horas de angustia vividas el día del asalto. Lo observa su hijo Neifren.
    Abelardo FONSECA/Al Día

    "Dios mío, sigo yo"

    Tilarán. La fatalidad hizo que el pastor Herman Ramírez y Rafael Ángel Suárez, "Felo", tuvieran que compartir un pequeño espacio en una esquina de la agencia bancaria.

    Nunca antes se habían visto pero ahí, en medio del caos y el miedo a la muerte, Suárez le confió que quería entregarse a Dios. Una oración entre ambos, en el más inimaginado de los susurros, selló su deseo.

    Ese hecho lo llena de gozo pero no puede ocultar que apenas logra dormir y que un día de estos, por poco se desmaya cuando pegaron dos cables cerca de su casa. "Pensé que era un balazo. Volví a sentir el mismo pánico que me consumió esa tarde cuando el asaltante le disparó al que estaba a la par mía. Cerré los ojos y pensé: Dios mío, sigo yo".

    Ahora, Ramírez quiere predicarle al asaltante porque "es un ser humano como todos".

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    Presente
    Los padres de Juan Pablo González, Fernando y Faynier Ledezma, y la novia, Adriana Rivas, rezaron ayer un rosario en su memoria.
    Christian CAMPOS/Al Día

    "Él nos da fuerzas"

    " ", dijo ayer Faynier Ledezma, la majhjmá del joven funcionario, asesinado en Monteverde.

    Ella trata de salir adelante, reincorporándose al trabajo, estando siempre ocupada y acostándose "lo más cansada posible para caer rendida".

    "Los fines de semana los siento más, porque era cuando él venía a casa.

    Mi esposo se despierta a las 4 a.m. y después no puede dormirse".

    Adriana Rivas, novia de Juan Pablo, asegura que: "no quería salir de la casa, ni estudiar, ni trabajar; pero pensé que a él le gustaría que saliera adelante y desde aquí trato de complacerlo. Él es quien nos da las fuerzas".

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    Secuelas
    Bernal Villegas perdió el apetito, y a veces, duerme con la luz prendida.
    Abelardo FONSECA/Al Día

    "Tuve a la muerte a la par"

    Tilarán. "Si alguien tiene alguna duda de que Dios existe; que me llame. Yo sé lo que es tener a la muerte a la par y saber que Él y la Virgen me protegieron".

    Así habla Bernal Villegas, el funcionario que con solo dos semanas en el banco se convirtió en el mensajero del asaltante.

    "Ahí voy poco a poco, esto es un proceso que hay que superar por fases. Se hizo lo que había que hacer y con solo salir con vida es más que suficiente.

    "Esto marca a cualquiera y a todos. Ahora no hay nadie que entre a un supermercado o a un banco que no esté nervioso, pero no me tocaba ese día. Dios estuvo conmigo en todo momento.

    "No sé ni como darle gracias a Dios. Ahí es cuando uno realmente comprende lo que es la mano de Dios porque sin Él no habríamos salido".

    Antes de entrar a trabajar al banco, Bernal manejaba buses de turismo. Estos días ha vuelto a hacerlo, "quiero volver a dar el paso de dejar el bus por el banco, como al principio, porque esto será volver a empezar de cero".

    Él habla poco porque no quiere "echar sal sobre la herida". Esa herida, dicen sus padres, Issaí y Cristina, lo hacen ver "muertos entre pozos de sangre". Esa herida lo hizo perder el apetito, dormir varias noches con la luz prendida y aún le duelen las rodillas porque así fue obligado a "caminar" en la agencia.

    A los tres días del asalto fue con varios compañeros a la Basílica de los Ángeles. "Los dejaron tocarla y cuando vino, me dio el algodón con que la tocó, en un vivo llanto. Mami, valió la pena todo lo que sufrí, me dijo".

    Según sus padres sufre mucho por los que ya no están pero dice que al menos pudieron descansar "y ya no ven, ni sienten ese dolor eterno.

    "Él es un milagro. Lo supe desde que nació pesando solo dos libras y medio", dice su madre quien le agradece a Dios y al asaltante "que me le haya perdonado la vida".

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    Christian CAMPOS/Al Día

    Siempre presente

    Los padres de Juan Pablo González, Fernando y Faynier, y quien fue su novia, Adriana Rivas, rezaron ayer un rosario en su memoria. Él debía su nombre a Su Santidad pues nació dos días después de que fuera designado en 1978.

     

     

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    Érick CÓRDOBA/Al Día

    En su memoria



    A un mes de la partida del agente especial Óscar Quesada, "Máquina", su viuda Ana Lorena Navarro, su hijo Arturo, y decenas de personas más celebraron anoche una misa en su memoria, en la iglesia de Colima de Tibás.

     

     

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    Abelardo FONSECA/Al Día

    Pesadilla

    Hasta taquicardia sintió Dorothy Lagana, de New York, el viernes, cuando volvió a entrar al banco, donde pasó 8 horas como rehén. Para ella y su amiga Beth Wecksell, de 23, también voluntaria en Monteverde, ese fue "el peor día de sus vidas".

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