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Dolor sigue vivo Miles de fieles y peregrinos se congregaron ayer en la plaza de San Pedro. Algunos alzaron la vista hacia la ventana del fallecido pontífice Juan Pablo II. EFE/Al Día
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La plaza no es la misma sin Karol
Silencio y recuerdos en El Vaticano
Ciudad del Vaticano/ AFP. Por primera vez en más de 26 años, la plaza de San Pedro permaneció silenciosa ayer, dos días después del entierro del papa Juan Pablo II.
Aunque es lo que está estipulado en períodos de "sede vacante", es decir durante la transición entre la muerte de un papa y la elección de otro, varios centenares de fieles y turistas se acercaron a la explanada durante una mañana fría y lluviosa para escuchar el Ángelus de mediodía.
"Estamos esperando", explican Alberto y Mariana, un joven matrimonio, mirando con insistencia la ventana cerrada del estudio papal en el Palacio Apostólico, a la que Juan Pablo II se asomó cada domingo desde el comienzo de su pontificado en octubre de 1978.
En todos esos años, el Papa faltó a su cita dos veces: la primera el 27 de febrero, tres días después de haber sido sometido a una traqueotomía, y la segunda el pasado domingo, al día siguiente de su muerte.
Al ser informados de que esta vez no habría oración ni mensaje, Alberto afirmó: "Es una pena, pero en realidad a lo que hemos venido es a rendirle homenaje al Papa. Nos habíamos hecho la promesa de venir hoy (ayer).
La pareja permaneció abrazada bajo su paraguas en medio de la plaza semivacía. La lluvia apagó las velas de los altares improvisados y estropeó los dibujos, fotos y mensajes. Ayer cientos hicieron fila para entrar en la basílica. La espera máxima era de 20 minutos, prácticamente nada si se compara con las hasta 20 horas que tuvieron que soportar muchos peregrinos durante los cuatro días que los restos de Juan Pablo II estuvieron expuestos al público.
Muchos de los presentes están convencidos de que van a poder acceder a la cripta donde anteayer reposan los restos mortales del primer papa polaco de la historia, que ha gozado de una veneración sin precedentes en todo el mundo.
"La cripta abrirá la próxima semana", afirmó por enésima vez un policía apostado cerca del detector de metales, precisando que la cúpula de la basílica y los museos vaticanos también permanecerán cerrados hasta nueva orden.
Cuando todavía no se ha digerido la conmoción provocada por su muerte y a falta de una semana para que se celebre el cónclave del que saldrá el nuevo Papa, el sentimiento entre la mayoría de los fieles es que será muy difícil reemplazar a Juan Pablo II.
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