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Leonora Jiménez fue bautizada como "Cosita Rica" por sus compañeras latinas, pues los chinos le decía que ella venía de "cosita lica". El sábado por la tarde, nos mostró la corona de Miss Asian Pacific. Allen CAMPOS/Al Día
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"Tomé sopa de culebra"
Leonora Jiménez pasó por todo para ganar en China: calambres, comida extraña y envidias Isaac LOBO ilobo@aldia.co.cr
Leonora tuvo que engordar siete kilos para convertirse en "miss", viajar 48 horas para representar a Costa Rica en China, pasar frío y soportar las envidias de muchas concursantes, todo esto con tal de ganar el título de Miss Asian Pacific.
Lejos de tener algún reproche, la rubia asegura que lleva ese país en el corazón, la buena vibra de la gente y sus enseñanzas. Aprendió a respetar su cultura y admirarla, quedó sorprendida por el arte culinario y la preocupación por la ecología.
"En China, tienen la costumbre de poner en la mesa la cabeza del animal que se están comiendo. En una ocasión me tomé una sopa muy rica; luego me enteré que era de culebra", comentó.
Leonora recibió a Al Día en su casa en Santa Ana y contó las peripecias de su mágico viaje: "Estoy esperando mi equipaje porque no pude sacarlo todo, pues llevaba 35 kilos en total y solo permiten viajar con 20 kilos". Diario de una reina-¿Ser Miss Asian Pacific es bueno o desventajoso para ir a Miss Mundo?
-Lo he analizado, pues ambos son en China, espero que no sea ninguna desventaja. Del concurso aprendí mucho.
-¿Como qué?
-Fui muy ingenua en muchas cosas, no llevaba suficientes trajes de noche, suficiente maquillaje, no iba tan preparada con vestuario para la ocasión.
-¿Cómo se adaptó a los horarios?
-De ida no me costó, pero desde que llegué he dormido dos horas diarias.
-¿Por qué tiene calambres?
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Allen CAMPOS/Al Día
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-No puedo dormir por los calambres, debe ser por andar con tantos tacones altos.
-¿Dónde hay más envidia, en el mundo del modelaje o en los concursos de belleza?
-En los dos por igual. El ser humano es envidioso por naturaleza; sin embargo, algunos aprendemos a reprimirla y tratar de ser mejores personas. Hay mucha envidia, porque en las dos está de por medio la belleza.
-¿Le regalaron algo que guarde con cariño?
-Miss India, quien es católica, me dio un rosario y rezaba conmigo cada vez que podía. Lo usé como amuleto.
-Usted me dijo en una entrevista, hace dos años, que nunca sería reina de belleza, solo modelo, ¿qué la hizo cambiar de opinión?
-Nunca me imaginé estar en la posición en la que me encuentro. Yo quería terminar mi carrera como modelo. Después, me di cuenta de que las modelos no son más que vehículos de venta y eso llega a deshumanizar un montón. Necesitaba retomar su esencia y demostrarme a mi misma y a los otros que soy mucho más que un pedazo de carne vendiendo una blusa. Quiero mostrar que la belleza no está divorciada de la inteligencia, solidaridad y responsabilidad.
-¿Cómo cambió de modelo a "miss"?
-La línea de la modelo es distinta a la de la "miss"; la modelo no usa maquillaje, es natural y usa el pelo liso, porque no se vende ella sino el producto. Una "miss" no. Ella tiene que enseñarse, usar maquillaje, tener más curvas. Tuve que aumentar siete kilos para lograrlo.
-¿Ya dejó el modelaje?
-No. En junio voy a París, donde tengo un contrato con una marca de maquillaje y accesorios. Lo he ido dejando poco a poco, quiero dedicarme por completo a mi estudio, me parece que ya es hora.
-Usted no tiene pelos en la lengua para hablar, ¿le trae problemas?
-Los mayores problemas de Costa Rica están en que nadie dice la verdad. Hay que dejar de ponerle parches a los problemas, ser sincero y buscar soluciones.
El tico ha perdido fe, porque no se le dice la verdad y yo no quiero ser parte de eso.
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