"La ciudad del pecado"

Donde los malos son los buenos

Basin City ha sido tomada por la violencia y el crimen; en algún momento las historias y los personajes se entrelazan

En "La ciudad del pecado", conocemos a Hartigan, un policía a punto de retirarse que persigue a un sádico violador, hijo de un respetado senador. Por otro lado están Marv, un descomunal forajido que desea vengar la muerte de su amante, y Dwight, quien se enamora perdidamente de una mesera, lo cual le traerá problemas.

Lo bueno

Basada en diferentes novelas gráficas de Frank Miller, uno de los más respetados autores de este género, "La ciudad del pecado" se convierte en un verdadero homenaje al género negro.

Los personajes son figuras clásicas: el matón que busca venganza, el policía solitario y perseguido, las chicas fatales, el asesino a sangre fría y hasta seres sobrenaturales, tipo hombres lobo o como el siniestro Gollum de "El señor de los anillos".

La propuesta visual es realmente de admirar. La película es en blanco y negro, con ciertas tonalidades a color. Esto nos ayuda de dos formas: los colores le dan un toque diferente y ayuda a que los ríos de sangre, que corren en diferentes escenas, se vean menos grotescos.

Al ser dirigida por Frank Miller y Robert Rodríguez, el filme es una copia fiel de las novelas. Muchas escenas son hechas siguiendo colores y posiciones que se ven en los dibujos de los libros.

En el reparto figuran Bruce Willis, Jessica Alba, Clive Owen, Rosario Dawson y, con toneladas de maquillaje, Mickey Rourke y Benicio del Toro. Todos con un nivel bastante bueno.

La banda sonora es dura y elegante, compuesta por el propio Rodríguez, John Debney ("La Pasión") y Graham Revell. Rodríguez también se encargó de la fotografía y el montaje de la cinta.

Lo malo

Quentin Tarantino también participó en la dirección, dice el refrán que si "hay muchas manos en la masa esta se puede agriar". En este caso a la narración le falta fluidez , cosa que puede venir de la variedad de criterios.

Lo feo

Pero el mayor error de "La ciudad del pecado" es el abuso excesivo en los diálogos, los cuales son demasiado extensos.

En las novelas gráficas de Miller, los personajes hablan mucho consigo mismos y repiten lo que van a hacer, una y otra vez. Este recurso es válido en los cómics, pero a la hora de la adaptación cinematográfica sale sobrando. Aquí radica el ingenio del guionista: trasladar lo verbal a un lenguaje más visual.