Alerta verde en Nicaragua

Microsismos en el Gran Lago

Al menos 20 heridos y 35 casas dañadas por cadena de temblores

Managua/AP y AFP.- Más de 35 viviendas resultaron destruidas o dañadas y por lo menos 20 personas, entre ellos dos niños, sufrieron lesiones por la cadena de fuertes sismos que desde el miércoles sacude a la isla de Ometepe, en el Lago de Nicaragua, donde el volcán Concepción entró en actividad la semana pasada.

Autoridades de Ometepe declararon alerta "verde". El tembrlor más fuerte, con magnitud de 5,6 grados en la escala de Richter, similar al terremoto de 1972 que destruyó Managua, se registró el miércoles en la mañana.

Funcionarios municipales de Ometepe dijeron ayer que la situación era de normalidad. Pero dos sismos de 3,9 y 4,5 en la escala Richter estremecieron esa isla ayer entre las 13:44 y las 13:49.

Hasta esa hora, se han producido 130 microsismos en la zona, la mayoría no perceptibles para la población y como réplicas del temblor del miércoles en la mañana, según fuentes oficiales.

El Instituto de Estudios Territoriales (Ineter) afirmó que la seguidilla de temblores no tuvo nexo con la actividad reciente de los volcanes Concepción y Maderas, que forman la isla. Ineter informó que con ayuda de la Universidad de Costa Rica localizó el epicentro a 10 o 15 kilómetros al sureste del Maderas, en el extremo sureste de la isla. Los sismos se originan en procesos vulcano-tectónicos y fallas locales, precisó Ineter.

También las lluvias azotan

El municipio de Nueva Guinea, en el Atlántico Sur de Nicaragua, fue declarado zona de emergencia por el paso de la onda tropical número 25. Hasta antenoche, el Comité Municipal de Prevención de Desastres Naturales contabilizaba pérdidas en caminos de unos $4 millones, informó ayer el periódico La Prensa, de Managua.

La onda dejó 32 viviendas destruidas y 64 con daños parciales. El 50 por ciento de las carreteras y puentes fueron destruidos. Una de las comunidades más afectadas por la onda tropical fue Puerto Príncipe, donde el río destruyó muchas casas y dejó prácticamente incomunicados a sus habitantes, que deben cabalgar muchas horas para abastecerse de provisiones.