Pido la palabra
Virgen y Sele Roxana Zúñiga Quesada Periodista
Solo dos cosas mueven las multitudes costarricenses con tanto fervor: la Virgencita de los Ángeles y la Selección de Fútbol.
Este 2 de agosto, la romería fue notoriamente concurrida y conmovedora.
Las muestras de fe en La Negrita abrieron a muchos los armarios de la creatividad.
Un hombre que le ofreció sufrir el calvario de Cristo y llegó con la cruz al hombro hasta la Basílica fue, para mí, una de las promesas de más impacto... casi para llorar... No solo por el drama mismo de ese gesto, sino porque, de cierta manera, simboliza la situación del país.
Ésta fue una de las peregrinaciones de mayor participación que recuerdo. Un millón y medio de personas de todos los calibres desfiló hasta Cartago.
¿Por qué ese enorme desfile de fieles? La respuesta profesional se la dejo a los expertos en la conducta humana.
La respuesta del corazón es que La Negrita es casi lo único puro que nos queda como colectividad; la que nunca nos falla ni engaña ni miente ni roba ni burla. Ella es quien nos cuida, protege y guía, pues la clase política ya no lo hace.
Entonces, la mejor manera de agradecerle, en lo personal y en lo social, es ir a pie hasta su casa para adorarla y decirle: "¡Gracias!".
Ojalá también a la Sele podamos alabarla y vitorearla en esta clasificación mundialista.
Pero, a diferencia de la Virgen, esta representación le debe mucho al sufrido pueblo.
|