San José Costa Rica. Edición del 07/agosto/2005. | Ir a Al Día |
Elena Umaña Con nuevos aires Jorge Andrés QuesadaElena nos recibe en su nuevo hogar con la gracia que le caracteriza. Es temprano y se ve contenta, pero un poco atareada. Al mismo tiempo en la radio suena su tema más reciente: "Y sigues siendo tu". Mientras, el locutor recuerda que es la noche del estreno del "gran show de Elena Umaña y su grupo Kalúa".
Faltan pocas horas para que la "Selena tica" (como le dicen sus seguidores) vuelva a presentarse con el grupo que la vio nacer, y con el cual ha recogido aplausos tanto dentro como fuera del país.
Confiesa que apenas se está acomodando a su nueva vivienda, a la cual ya le puso su sello personal: Los cojines de la sala de televisión tienen bordado a Piolín, el canarito amarillo (ese que siempre ve un "lindo gatito"). Luego, en otro punto de la casa, el mismo personaje se esconde dentro de unos grandes girasoles metidos en un jarrón. Además, las muñecas de porcelana fueron colocadas estratégicamente para vigilar que todo esté en su sitio. Ella se sienta (teléfono en mano para coordinar los detalles del baile del miércoles) para conversar con VIP. "Luego de hablar con mi marido tomamos algunas decisiones", dice mientras atiende a su niña y a "Lulú", la maltés a la que cuesta ver pero que se oye cuadras a la redonda. Rápido queda claro que de la muchacha que salió de Puerto Jiménez, Puntarenas, queda poco y ahora es una "mujer moderna". En una sola persona están la madre, la esposa y la mujer trabajadora. Comenta que el hecho de que Natasha Sofía (su hija) estuviera un "poquito más grande" facilitó que retomara su posición como líder del grupo. "Esta es una decisión importante en mi vida", comenta. "Significa que vuelvo a un ritmo de trabajo más 'socado' del que llevaba cuando estaba como solista; que debo dejar un poquito más a mi hija y que vuelvo de gira por todo el país, especialmente en el área rural porque en San José ya casi no hay salones de baile". Amparada en el hecho de que ama lo que hace y que su trabajo "es lo que siempre quiso", está dispuesta a llevar por muchos países los temas que la hicieron famosa como "Me la vas a pagar", "Me estoy cansando" y "Te amaré", así como las canciones del disco que sacó como solista, "Con un poquito de amor". Afuera fuerte En el campo intencional su carrera no descansa. Acaba de llegar de una presentación en Honduras donde participó de un concierto benéfico para el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. "Es como una Teletón, pero de comida", explica. Paralelamente, celebra que sus temas están sonando en países donde los ritmos que trabaja (la cumbia, ranchera y baladas) son bien recibidos. Hablamos del mismo Honduras, Guatemala y El Salvador. "Mi carrera como solista sigue en firme, solo que ahora debo combinarla con mis presentaciones con el grupo", afirma. Asegura que en esta faceta le falta mucho por alcanzar, pero también está contenta con lo conseguido. "Hay cosas que me llenan de orgullo. He compartido escenario con grandes como Alicia Villareal y mi vídeo 'Te quiero si' estuvo nominado como uno de los mejores por el canal mexicano Ritmo Son Latino", recordó. Además, se están coordinando proyectos con el grupo peruano Azul Azul y La Sonora Santanera. La cantante hace una pausa porque aún quedan detalles para la presentación de la noche. "A uno le tocan muchas cosas, por ejemplo, yo fui la diseñadora de los trajes de los miembros del grupo". De seguido detalla que buscó un diseño que combinada "el estilo norteño de México con un poco de mariachi". Una por otra La vida de un artista no es fácil y así lo confirma ella misma. "El mundo de la música es muy lindo, pero también significa sacrificios. No es lo mismo celebrar -por ejemplo- un Día de la Madre en familia que sobre un escenario. Es necesario hacer muchos esfuerzos". A pesar de todo, la artista señala que las cosas no le han costado tanto como a otras colegas suyas a quienes admira (como Adriana Loría o Karla Jireth) porque ha tenido a su esposo al lado. Elena está casada con el dueño de la Corporación Kalua, Henry Moya. Al caer la noche Elena tomó a pecho el nombre de su disco y voló alto para complacer a los suyos. El Tobogán, casa de los bailarines del país, tuvo a su reina por dos horas que no bastaron para complacerlos del todo, pero tranquilos, porque Elena llegó para quedarse.
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