Selección Nacional

Esposas pasan apuros

Constantes concentraciones de los jugadores complican la vida de la familia

¿Conocen la serie "Esposas Desesperadas"? Es un título que bien podría amoldarse a las mujeres de los seleccionados nacionales, pues muchas veces deben cumplir el papel de padre y madre a la vez, debido a las largas concentraciones de sus maridos.

Los extensos periodos en que los futbolistas trabajan a tiempo completo con la Tricolor se convierten en un martirio para las esposas, quienes llegan a cansarse de la rutina que aleja de los hogares a sus seres queridos, mientras ellas velan por el cuidado de los hijos, que en varios casos aún están pequeños.

"Uno entiende que es el trabajo de él, pero no deja de ser difícil", comenta Elizabeth Chavarría, esposa del defensor Luis Marín.

"Tenemos dos niñas (Camila de 2 años y Paula de 5) y son muy apegadas al papá; a cada momento preguntan el por qué de su ausencia".

Parecido le sucede a Gina Soto, esposa del delantero Rónald Gómez, con quien tiene a los pequeños Esteban, de 6 años, y Daniel de un año.

"Uno llega a acostumbrarse, pero el esposo siempre hace falta en la casa. Su compañía es importante para ayudar a la mujer en el cuido de los hijos, quienes al final son los que más sufren", apuntó Gina Soto, consciente de que en muchas ocasiones debe cumplir una tarea "doble".

"Como mamá uno queda con una responsabilidad enorme porque cuidar hijos es difícil", añadió la esposa de "La Bala".

El caso de Amalia Benavides, esposa del volante Alonso Solís, es similar al tener dos niñas pequeñas: Michelle de 4 años y Tamara de uno. "La más grande ama a su papá y a veces le ruega que pida permiso para que esté más tiempo con ella. Esta etapa es muy dura porque a los hijos hay que dedicarles mucho tiempo y hacerlo sola es muy complicado".

Y quizá le resulte más difícil a la educadora Karol Sánchez -esposa del portero José Francisco Porras-, ya que hace tres meses trajo al mundo a la pequeña Amanda, además de tener a Sofía, de ocho años.

"Es duro pero me mentalizo en que José Francisco ama el fútbol y entiendo que le queda poco tiempo en esto, por eso debe disfrutar al máximo las convocatorias al equipo nacional".

Cada una por su lado trata de ponerle buena cara a los tiempos de Selección, pero no esconden que a veces cuentan las horas para el regreso de sus esposos.

Por ejemplo, para los próximos partidos contra Panamá y Trinidad y Tobago los jugadores deben estar cerca de 15 días en concentración permanente.

"Pasan muchas fechas importantes y ellos no están, pero es lo que nos da de comer", concluyó la esposa de Porras.