San José Costa Rica. Edición del 04/diciembre/2005. Ir a Al Día
 

Ana Yanci González exTica Linda

La bella no está pendiente de su peso, pero sí se preocupa por su salud

GABRIELA SOLANO

Ana Yanci González, exTica Linda 94 y Señora Costa Rica Mundo 2003, sabe lo importante que es verse y sentirse bien, por eso ella mantiene una dieta balanceada y hace ejercicio, aunque asegura que gran parte de su esbelta figura se la debe a los genes.

Además, recientemente, decidió volver a nadar; una vieja afición. A este deporte, le dedica hora y media, tres veces a la semana, lo cual disfruta mucho porque lo hace al lado de su pequeño Érick de 9 años.

Su rutina de vida la cataloga como sencilla y sana: se levanta tempranito y dos veces a la semana sale a correr alrededor de su alameda.

Esta exreina de belleza no es muy aficionada al gimnasio, y como tampoco es disciplinada prefiere entrenar con los aparatos que tiene en la casa cuando le queda algún tiempito, practica, principalmente, abdominales y alza pesas.

Ana Yanci nunca ha sido la típica bella que se desvela contando las calorías que consume cada día porque más bien sufrió de bajo peso años atrás.

La morena no es melindrosa para la comida, pero trata de mantener una alimentación apropiada principalmente por su hijo que está en plena etapa de desarrollo, aseguró.

Por la mañana, apenas se levanta, lo primero que se toma es un té o un café con una tostada. Cuando regresa de hacer ejercicio entonces sí se come algo más fuerte como un plato con frutas, cereal o un pan con jamón y queso.

Diariamente, hace dos meriendas, una en la mañana y otra en la tarde, que puede ser un yogur con una galleta de avena o un sándwich.

Sus almuerzos siempre llevan arroz, frijoles y ensalada, pues ella come poca carne. No toma refrescos gaseosos, solo naturales. Cuando anda fuera de su casa, bebe mucha agua embotellada.

Para Ana Yanci es importante cenar algo ligero, como un puré, una ensalada o una rica sopa.

Los fines de semana se permite romper un poquito con el menú tradicional y, de vez en cuando, hasta compra comida "chatarra".

Lo que siempre mantiene en su alacena son productos variados, como galletas o barras de granola que puede comer en cualquier momento sin que le haga daño a su organismo.

En pleno diciembre y ante la llegada de la Navidad, ella no se preocupa mucho por aumentar unas cuantas libritas, pues está en 47 kilogramos más o menos.

En su casa ya huele a tamalitos, queque navideño, ponche y otras delicias típicas de la época.

Como deseo de Nochebuena y Año Nuevo solo quiere disfrutar de las fiestas en paz y muy feliz junto a los seres que más ama: su familia, su hijo, sus amigos y su novio.

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