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Decisiones impostergables Aramis K. Vidaurre Álvarez
Los hechos denunciados por la prensa sobre supuestos actos de corrupción fueron los invitados "no esperados" del 2004.
Sin embargo, dos escenarios marcaron la agenda política: la expectativa por la posición de Costa Rica de buscar mejores condiciones en el TLC, y la pugna en torno al Plan Fiscal entre el Presidente de la República y el Movimiento Libertario.
El Poder Ejecutivo, con su posición oficial sobre el TLC, se concentraría durante los primeros meses, y la Asamblea Legislativa se enfocaría en el plano del lobby y las negociaciones para llegar a acuerdos para aprobar el Plan Fiscal. Aunque ajetreado, significaba un panorama muy normal en el devenir de nuestro sistema político.
Sin embargo, ni uno ni otro tuvieron la resolución esperada. Por el contrario, tanto el Ejecutivo como el Legislativo se enfrascaron en una serie de pugnas, a veces sin sentido, que nos involucraron en un nivel considerable de incertidumbre. Lo personal y partidario prevaleció sobre el interés nacional, aunque cada uno de los sectores aseguraba que luchaba por el país.
Al iniciar un nuevo año, es muy previsible que la dinámica político-electoral agregue un ingrediente más a la falta de definición a que nos ha sometido la "clase" política, y, por ende, sigamos sintiéndonos defraudados.
¿Cuándo entenderán que las decisiones más importantes ya no pueden posponerse más? No significa que se aprueben el TLC y el Plan Fiscal, sino que, de verdad, le entren al fondo, sin entrabamientos y sin mociones para retardar la discusión.
¿Será acaso que no se sienten capaces de tener en sus manos el futuro de nuestro país?
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