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37 años aquí Jacobo Hershberger es un líder menonita en Santa Rita, se dedica a cultivar la tierra. Él y su esposa Elena llegaron con sus 7 hijos con un primer grupo de misioneros en 1968. Alexánder OTAROLA/Al Día
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Vida de sencillez y trabajo
Comunidad menonita en San Carlos Marcela DELGADO, corresponsal mdelgado@aldia.co.cr
Santa Rita, Río Cuarto. En el puro corazón de la Región Huetar Norte descubrimos a los miembros de una comunidad cristiana cuyo estilo de vida despierta curiosidad.
Son 600 memonitas de origen estadounidense, alemán y holandés que habitan en la zona.
Se describen a sí mismos como caseros, amantes de la naturaleza y sencillos... Y de esa manera los hallamos en Santa Rita de Río Cuarto, donde está una de sus comunidades.
También los puede encontrar en Ciudad Quesada, Bijagua de Upala, Marsella de Venecia y en Chachagua.
Jacobo Hershberger es uno de los líderes en Santa Rita; él y su esposa Elena llegaron con sus 7 hijos con un primer grupo de misioneros en 1968.
Eran 75 cuando llegaron, hace 37 años, a Tilarán, pero dos días después de su arribo se fueron espantados por la erupción, ese mismo año, del volcán Arenal. Ellos vinieron como misioneros y se quedaron.
La mayoría se casaron aquí con costarricenses y así multiplicaron la congregación hasta lograr atraer familias extranjeras para hacer su vida en suelo nacional.
Los menonitas deben casarse con miembros de su misma religión. Aceptan cónyuges de otras religiones solo si se convierten.
Cada domingo y miércoles se reúnen a celebrar actividades cristianas en 12 iglesias de todo el país.
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En la dieta Hershberger muestra las conservas que prepara y que forman parte fundamental de su alimentación. Alexánder OTAROLA/Al Día
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Sin tele, ni radioJacobo y Elena Hershberger, de origen alemán, radican en Costa Rica desde hace más de tres décadas, a 50 minutos de Ciudad Quesada. Sin televisión ni radio pasan los días leyendo y en actividades que no generen influencias negativas.
"No podemos tener tele ni radio, eso solo despierta negatividad en los seres humanos. Por eso nos dedicamos al campo y a las actividades caseras. Como nunca los hemos tenido no nos hace falta", diceJacobo. Con sencillezEntre sus reglas de vida está vivir con modestia; por ello su forma de vestir debe ser sencilla.
Los hombres usan pantalones de tela y camisas simples. Las mujeres deben llevar vestido hasta los tobillos sin hechuras llamativas; aunque los colores de las telas no están establecidos suelen ser rosadas, verde, blancas y otros tonos pastel.
Las mujeres también deben utilizar, por ley, un velo como lo establece la Biblia. Las niñas empiezan a utilizarlo desde los 7 años.
Los Hershberger se alimentan con comida en conserva que ellos mismos preparan.
Sus viviendas están completamente alfombradas, con muebles sencillos y llenas de fotos familiares.
El consumismo no los agobia, utilizan mantillas en lugar de pañales desechables, no compran "jeans", ni ropa de marca.
Los hombres salen al campo y las mujeres se quedan en casa. Los niños van a la escuela como todos los demás.
Siembran piña, yuca, noni, crían cerdos y hacen cualquier otra actividad agrícola en grandes extensiones de tierra que compraron al llegar al país.
Mientras, las esposas se dedican a hacer queso, pan, natilla y repostería.
Algunos de estos productos están a la venta, ocasional-mente, en la feria del agricultor.
Sanford Yoder llegó a Costa Rica hace 37 años con su esposa y sus nueve hijos, él es un pastor pensionado que vive de las ganancias de sus cultivos.
"Pasamos ocupados, yo hago artesanías y mi esposa Martha pinta, a veces pescamos y leemos. La Biblia la estudiamos en pareja y compartimos mucho tiempo en familia", relató.
Las actividades agrícolas las realizan en sus propias casas. Ellos conviven en comunidades propias, donde casi son los únicos habitantes.
Misioneros con arraigo
En Costa Rica profesan esta religión 2.025 personas, de ellos 600 están en San Carlos. El 50 por ciento de ellos son costarricenses.
Los menonitas son una congregación cristiana, cuyos orígenes datan de 1525. Su nombre deriva del fundador Meno Simons, obispo católico, que dejó ese trabajo tras rechazar el poder que la unión de la Iglesia y el Estado tenía sobre su vida y la de los católicos, por ello fundó su propia congregación con un estilo de vida propio y natural. Estos cristianos profesan su fe a la Biblia, creen en las escrituras, pero no adoran a Dios ni a la Virgen, aunque pueden creer que existen.
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