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Adentrarse en lo más profundo de la densa montaña y enfrentarse a balazos con delincuentes, son parte de las anécdotas vividas por Alexis Núñez como líder del grupo policial de montaña.
Manuel VEGA/Al Día
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Policía de mil batallas
Jefe del comando de montaña en la frontera norte Marcela DELGADO, corresponsal
mdelgado@aldia.co.cr
Upala.- A sus casi 40 años, Alexis Núñez ha visto pasar la muerte frente a sus ojos en varias ocasiones.
Y no es para menos, pues ocupa un puesto importante dentro de la Fuerza Pública como jefe del grupo de montaña de la policía de frontera.
Núñez recordó sus 20 años como oficial, mientras conversábamos en la misma frontera con Nicaragua, en La Victoria de Upala.
"Experiencias, vivencias, anécdotas, de todo ha pasado aquí es un trabajo muy arriesgado, pero que asumo porque esto lo trae uno en la sangre", dijo.
Antes de ser policía, participó en algunas ediciones de Juegos Nacionales como ciclista, y actualmente cursa la carrera de ciencias policiales en la UNED, por lo que se mantiene en constante preparación.
Mientras discutíamos sobre la ubicación de los mojones en la frontera, recordó cómo en 1990 tuvo que enfrentarse a balazos con miembros del Comando Yolaina.
De su trayectoria también recuerda cuando estuvo a punto de capturar a John Hull, un adinerado muy famoso en la zona por sus nexos con el "narco".
Pero sin duda la experiencia que más marcado lo dejó, fue el día que casi pierde la vida.
"Fue por Guatuso, hubo una balacera y tuve que ir a buscar de donde provenían las balas, a unos 200 metros de donde estaba me topé con un sujeto. Los dos nos apuntamos, tan cerca que yo lograba ver la punta de la bala a unos 25 centímetros de mi. Por dicha le gané al sujeto", comentó.
También guarda recuerdos que se remontan a 1988, cuando tuvo la necesidad, pese a su oposición personal, de unir trabajos con el ejercito nicaragüense.
"Entre nosotros se notaba el odio, después de la guerra sabíamos que eramos enemigos pero los gobiernos nos obligaron a operativos conjuntos y ahora todo es diferente".
Este hombre de mil batallas cuenta historias que impactan, pero confiesa tanto amor al trabajo que al fin comprendemos que hace lo que le gusta.
Con uniforme camuflado, armas en la cintura y mucha disposición, lo dejamos en La Victoria, donde desde ayer en la tarde resguarda 60 cabezas de ganado decomisadas.
Ahí, junto a un compañero, pasan la noche despiertos, debajo de un camión y comiendo de lo que haya... son parte de los sacrificios que asume como policía de frontera.
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