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Ver y no tocar Los alumnos de la maestra Teresita Serrano saben que el perro guía de "la niña" no se toca. María Estela MONTERROSA/Al Día
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Espíritu sin barreras
Maestra no vidente de Cartago María Estela MONTERROSA, corresponsal redaccion@aldia.co.cr
Teresita Serrano es una mujer como todas, pero con una fuerza y determinación especiales. Los obstáculos jamás le han resultado tan grandes como para vencerla y más bien la animan a luchar. Delante suyo tiene 27 testigos, sus alumnos de preescolar, quienes le dirán a los que pregunten la característica de su maestra: "La niña es no vidente".
Teresita, de 33 años, está al frente de un grupo de preescolar de la Escuela Luis Cruz Meza, en Cervantes de Cartago, y ella misma reconoce que no fue fácil llegar ahí.
"Soy la primera no vidente graduada en educación preescolar. Estuve cuatro años en la escuela de Guadalupe, como asistente y cada vez que iba al reclutamiento me decían que no podían recibirme los papeles. ¡Hasta me decían que mejor pusiera algo privado!", comentó Serrano.
Lejos de desanimarse, solicitó al funcionario que le pusiera este comentario por escrito. Con ese documento luchó en el MEP hasta que logró obtener una plaza en propiedad en Cervantes el año pasado.
"Aprendí mucho como asistente, pero me sentía discriminada porque me esforcé para tener el título", afirma.
Agrega que al principio su principal temor era la reacción de los padres, pero asegura que la han hecho sentir muy bien, al igual que sus compañeros.
"Siento la confianza de la comunidad y que me valoran como profesional", dice.
Teresita afirma que los niños también se han adaptado bien, incluso, ven a su perra guía como una compañerita. Sus obstáculosCon inocencia y curiosidad, los niños explican que la perrita guía de la maestra no se toca "porque se desconcentra y ella dirige a la niña a todo lado".
Desde su llegada a Cervantes, el principal obstáculo es que la escuela no cuenta con infraestructura para discapacitados, hay muchas gradas, rampas con mucha pendiente y los baños no están adaptados.
Esta mujer, vecina de San Rafael de Oreamuno, es de un estracto ampliamente humilde.
Tiene siete hermanos y contrario a lo que pensaba su madre, fue la única que concluyó sus estudios. Gracias a eso hoy colabora económicamente con su familia.
"Mis papás siempre me han apoyado y han sufrido cada obstáculo conmigo. Mi papá me llevaba a caballo a la escuela, porque vivíamos muy largo y mi mamá me acompañaba al cole y a la universidad, porque yo no tenía perro guía", nos contó.
Fue así como Serrano luchó por sobresalir y hoy puede decir con orgullo que enseña lo mejor a sus 27 alumnos.
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