Jonathan Carballo
Nuevo rey de las alturas
El campeón nacional de ciclismo de montaña 2005 asegura que en su bici llega a lugares donde no entran carros ni motos. Es un enamorado de la naturaleza Jéssica I. MONTERO SOTO
"Soy de la gente que si ve a alguien tirando basura le pregunta: 'Perdone ¿eso estaba ahí?' He aprendido a apreciar la naturaleza", dice Jonathan Carballo, campeón nacional de ciclismo de montaña, título que ganó el domingo.
"Por dicha, en los molotes de las fiestas de Palmares, nadie se fija en si uno no sabe bailar"
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Este muchacho, de 22 años, comenzó a competir a los 14, pero la pasión le nació desde chiquillo, cuando salía a pedalear con los amigos de Puente Salas, en Barva de Heredia, donde nació y vive.
"Mi primera bici para competir la armé en unos cuatro meses, comprando pieza por pieza", recuerda.
El asunto llegó a tanto que, después de terminar la escuela, no estudió más y se dedicó a subir montañas en su "cleta".
Esas andadas lo han llevado desde Tiquicia hasta Alemania, pasando por Brasil, Ecuador, Venezuela...
"Uno va a lo que va y no puede andar conociendo o irse de fiesta. Después de correr a veces queda un tiempito para pasear". Así descubrió que las playas de Brasil no son "casi nudistas", como le habían dicho, y que los Alpes están llenos de paisajes que son "como estar viendo Heidi".
Su mamá, doña Zulay, se queja de que su retoño no se reporta a la casa cuando sale del país y ella debe esperar las llamadas del entrenador, o de la novia, para saber que todo anda bien.
"Hace cuatro meses terminé una relación de cuatro años con Adriana Rojas; ella tam´bién corre. Ahora estoy tranquilo, salgo con otra muchacha, que también es ciclista", cuenta.
Debe de ser difícil acomodarse al estilo de vida de un ciclista profesional: ellos no pueden desvelarse, entrenan muchísimas horas todos los días, solo tienen vacaciones después de que termina el campeonato (una semana) y en enero.
"Es muy duro, pero las satisfacciones también son muy grandes".
Eso sí, con el primer mes del año llega la oportunidad de olvidarse, aunque sea momentáneamente, de los sacrificios. Es cuando el campeón deja la bici y el uniforme y se dirige a las fiestas de Palmares.
Detalles
"Espinita": El año pasado lo sacaron de la Ruta de los Conquistadores cuando era el líder, porque se perdió. Aunque pasó un mal rato, este año quiere volver por la revancha.
Proyectos: El equipo Interfin-Banex Pensiones lo está apoyando para que saque el bachillerato por madurez. Él planea estudiar inglés y viajar a probar suerte en varias competencias élite en Estados Unidos.
Comida: Lo tiene prohibido, pero peca con el pollo frito del restaurante de un amigo, en San Joaquín de Flores, pues lo considera el mejor de todo el país.
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Orgulloso El trofeo que sostiente lo acredita como campeón. Al fondo los demás obtenidos en ocho años de ciclismo. Alexánder OTÁROLA /Al Día
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