Barrio Fray Casiano de Puntarenas

Mataron a hombre de 3 balazos por la espalda

Policía dice que no se puede descartar ajuste de cuentas por drogas

Puntarenas. - "Lo andaban buscando. Lo vieron en las cercanías de la escuela y sin darle tiempo, ni siquiera de saber quien lo iba a matar, le dispararon".

Esas fueron las palabras aún de indignación de Eduardo Quirós Quirós, hermano de Norman Ernesto, quien la noche del domingo quedó sin vida tras recibir tres impactos de bala en su espalda, según la policía.

No hubo tiempo para la asistencia. Aunque socorristas de la Cruz Roja llegaron al lugar en menos de diez minutos, ya para Quirós era demasiado tarde.

Los tres impactos calibre 22, fueron fulminantes.

A las 10:15 p.m. del domingo, mientras Quirós se encontraba hablando con unos amigos en el caño de la escuela Fray Casiano de Madrid, sentado en su bicicleta, recibió el ataque.

Pero a la hora de hablar, nadie vio nada, nadie sabe nada.

Tanto agentes judiciales como oficiales de la Fuerza Pública manejan versiones sobre los motivos que originaron el deceso.

Uno de ellos puede ser una deuda por drogas.

Sin embargo, la familia resaltó el hecho de que desde hacía algunos meses existían problemas entre el hermano menor de la familia Quirós, y una pareja del lugar, por asuntos sentimentales.

"Desde hace varios días, quienes mataron a mi hermano andaban buscando algún pretexto para alzarle bronca. Lo de mi hermano fue una venganza por sentimientos. Días antes, la gente nos contó que querían matar a mi hermano menor, y ayer (noche del domingo) mataron a Norman", comentó Eduardo.

La bicicleta que quedó a los pies de Quirós fue recogida para las inspecciones judiciales.

La policía logró hallar en el sitio un casquillo del revólver. Sin embargo, aún no se tienen ni detenidos ni el arma con la que le pudieron dar muerte.

La policía continúa con la investigación sobre todo por el hecho de descartar que la droga pudo ser el móvil del homicidio.

Ya no habrá más empanadas

Puntarenas.- Las empanadas que doña Beatriz Cortés le compraba a Norman, ya nunca más regresarán.

Las tardes en las que Norman ayudaba en la cocina a su madre, doña Úrsula Quirós, rayando queso, desmenuzando carne o majando frijol, no se volverán a repetir. La tarde del domingo fue su última tanda de empanadas.

"Ese día estuvo aquí en casa con mi mamá. Solo salió un ratito como a las 3 y volvió como a las 5", narró su hermano Miguel.

Sin embargo, Norman volvió a salir a las 9 p.m. y nunca más volvió.

"Cuando volvimos a saber de él, era para darnos cuenta que ya estaba muerto", comentó su otro hermano, Eduardo.

Norman era el octavo de nueve hijos de doña Úrsula, mujer tenaz que ha sacado a sus hijos con valentía, pero tras conocer la noticia de la muerte de su hijo, su valentía fue poca. "A mamá tuvimos que llevarla al Hospital, porque se nos descompuso", señaló Eduardo.