Carros obligados a constantes frenazos

Manejar en San José, lejos de ser un placer, es una tortura

Calles llenas de huecos, parches y hundimientos. Municipalidad pide paciencia

Se imagina usted caminar por la sala de su casa y tropezarse o caer en un hueco a cada paso. ¿Verdad que no? Pues tampoco se lo esperan los conductores que transitan por nuestra ciudad.

Sin embargo, a diferencia de la sala de su casa, nuestras calles están plagadas de huecos, parches y hundimientos lo que convierten el paso por el centro de San José en una verdadera tortura.

Los choferes tienen que hacer malavares para burlar los huecos o pasar por encima de ellos, al mejor estilo de la montaña rusa.

Al Día corroboró esta situación ayer en las inmediaciones del Parque Morazán, donde hay una serie de hundimientos en la calle que viene de San Pedro; cerca de la Prensa Libre, donde una calle tiene una "seguidilla" de huecos y en los alrededores de la iglesia de La Merced, donde se mezclan parches y grietas.

En otros puntos de la capital, como frente a las paradas de Guadalupe y frente al INS, la Municipalidad de San José, por lo menos, ya rellenó los cráteres.

Los choferes resienten que el mal estado de las carreteras se refleja directamente en el estado de las suspensión de los vehículos y ponen en peligro su seguridad. "En un hueco de estos arriesgamos la vida y el estado del carro", aseveró Jonathan Noguera, un distribuidor, vecino de Heredia, quien transitaba a a pocas cuadras del Parque Central.

Y es que entre las presas y el mal estado de las calles, meterse a San José es una pesadilla.

Para el mecánico José Campos, manejar en la ciudad y en esas condiciones es peor que en una pista, aunque estén igual de deterioradas. "En la capital tiene que ir acelerando y frenando constantemente, lo que implica forzar más el auto", explicó.

Entonces, los propietarios de autos se ven obligados a visitar, al menos, dos veces por año al mecánico y pagar altas sumas por las reparaciones.

El encargado de mantenimiento vial del ayuntamiento capitalino, Raúl Alvarado, defendió que entre enero y junio de este año han invertido ¢98 millones en arreglo de vías.

El problema, según dijo, es que todo el casco central de San José se desarrolló sin ninguna estructura vial. Las calles están montadas sobre lozas de concreto -sin una base de piedra-por lo que con el paso del tiempo y el aumento del tránsito han ido cediendo originando los hundimientos. "Hemos venido sustituyendo esas lozas por asfalto, pero es un proceso lento. Además, el asfalto con el tiempo también se deteriora y nacen los huecos", comentó.

Adicionalmente hubo un faltante de asfalto por unos tres meses, lo cual retrasó el mantenimiento y aumentó el deterioro en algunos tramos.

Para tranquilizar a los conductores, la Municipalidad asegura tener el presupuesto y la maquinaria necesaria para hacer las reparaciones en lo que resta del año.

Pensar en carreteras totalmente nuevas, por ahora es un sueño. Según el ayuntamiento habría que cambiar las calles en más de 300 cuadras y sin duda hay más necesidad que dinero.

Así lo veo Rafel PACHECO /Al Día Este carro está malo, todo se le afloja, se me daña totalmente por los huecos y hundimientos que hay en las calles". Jonathan Noguera, Heredia Rafel PACHECO /Al Día Por el montón de huecos en las carreteras de San Jósé, se hacen muchas presas y uno se atrasa demasiado en el trabajo" Carlos Chamarro, Granadilla Rafel PACHECO /Al Día Siempre asfaltan las calles que no deben, y las del centro de San José, que son las que están en mal estado, ni las vuelven a ver" Eduardo Vargas, Escazú Rafel PACHECO /Al Día El mal estado de las carreteras me daña demasiado la suspensión y las llantas del carro, y los arreglos son muy caros" Luis Danilo Mata, Alajuela Rafel PACHECO /Al Día Una 'ladronada' es lo que hacen... piden y piden dinero, y nunca hacen nada por arreglar esos huecos en plena capital!" Jorge Araya, Guadalupe

Huecos que valen y ¡duelen!

Aparte de los "colerones" que provoca caer inesperadamente en un hueco, ir al mecánico duele en los bolsillos.

Y es que manejar por carreteras en tan mal estado es un golpe directo a la suspensión, amortiguadores, rótulas, hules, carrocería y llantas del vehículo. "Huecos y hundimientos tienen efectos parecidos. Aquí los carros vienen cada seis u ocho meses por esos problemas", explicó José Campos, mecánico del taller automotriz MCD, de Tibás.

Al igual que la consulta médica, el costo de las visitas al mecánico varía, según tipo de vehículo, uso y mantenimiento.

Pero, por ejemplo, solo el cambio de rótulas puede costar entre ¢15 mil y ¢40 mil.

¿Verdad que duele?