Prohibido operar corazón y pulmones

Riesgo y temor por apagón en Torre del Calderón Guardia

Suspensiones y cortes eléctricos provocan incertidumbre en personal y pacientes

"Entre otras cosas, los bajonazos de corriente alteran el aire acondicionado y las posibilidades de infección aumentan hasta un 50 por ciento ".

Esta preocupación del Dr. Víctor Manuel Ruiz, jefe del Servicio de Cirugía General, del Calderón Guardia la comparten sus colegas y las enfermeras, responsables de cuidar a los enfermos que permanecen en los pisos tercero y cuarto de la Torre de Emergencias del centro médico.

El mayor temor de todos es que un corte o bajonazo de electricidad se presente durante una cirugía o cuando en el salón el paciente necesite estar conectado a algún aparato.

"Si se va la corriente y hay un sangrado, qué hace uno para verlo, ¿es que debemos terminar la operación con foco?", reiteró Ruiz, quien dijo tener la esperanza de no sufrir hoy estas calamidades, ya que en la mañana debe efectuar dos urgentes y complicadas cirugías.

Con un costo de ¢2.500 millones y tras superar varios inconvenientes, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) inauguró dos de los cuatro pisos de la Torre en febrero del 2004. Sin embargo, ante la tragedia del pasado 12 de julio, cuando se quemó gran parte de ese centro médico, la posibilidad de atender las prioridades de cirugía y atención de pacientes se ve afectada por una sobrecarga eléctrica del edificio, según se detalla en un informe del pasado 22 de julio, elaborado por funcionarios del Calderón Guardia, que confirman las autoridades de la gerencia de Operaciones.

Prohibido. El apagón o corte eléctrico no permitiría conectar equipo en la sala de cirugía que se requiere para operaciones complejas. Esto obligó a que se prohibieran operaciones en todas las salas del tercer y cuarto pisos. Así lo confirmó ayer, a las 4:50 p.m., la gerente de Operaciones de la Caja, Gabriela Murillo.

"No están diseñados los quirófanos para hacer una cirugía de tórax y corazón, pero sí para hacer las operaciones de Neurocirugía y cirugías de emergencias", explicó Murillo.

Además, agregó que junto a la situación que se presenta en el sistema eléctrico, también hay que considerar el tamaño de los quirófanos, debido a que cirugías complejas requieren más espacio dada la cantidad de equipo.

Por su parte, el Ing. Félix Calero, jefe de la Dirección de Proyectos de la CCSS, insistió anoche a las 6:10: "El transformador no falla, lo que pasa es que los 'breakers' se disparan y se escucha un golpe y quedan como libres".

Insistió en que esta situación se daría en el tercer y cuarto pisos, debido a que se están conectando equipos que no soporta la carga eléctrica. "No hay tomas suficientes, si se pone una regleta siempre se disparará el 'breaker'", dijo.

Este nuevo problema se resolverá en forma parcial, cuando se tome la corriente eléctrica de un nuevo transformador que solicitará la Caja a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz. Sin embargo, no garantiza que se puedan hacer las complejas cirugías.

Sobre el deterioro en los ascensores, puertas, paredes y rampas de la Torre de Emergencias, Murillo dijo que es responsabilidad del Calderón Guardia hacer las contrataciones de mantenimiento o exigir las garantías que obligan las contrataciones.

Sobre la reapertura del edificio central del Hospital Calderón Guardia Murillo dijo que no podría hacerse hasta dentro de un mes, debido a que hay que hacer todas las reparaciones, colocar un sistema contra incendios, instalar nuevas alarmas, esterilizar y esperar el visto bueno del Ministerio de Salud para el funcionamiento de salones, laboratorios, servicios de rayos X, las 20 salas de operaciones y otros servicios que piden a gritos los asegurados.

¢100 millones por demoler área quemada

El peligro de que el edificio del Calderón Guardia, que fue blanco de las llamas el pasado 12 de julio, se desplome mientras se remueven los escombros, obligó a la gerencia de Operaciones de la Caja, solicitar la valoración de un grupo de expertos de la UCR, confirmó ayer la gerente de Operaciones de la Caja, Gabriela Murillo Jenkis.

"Junto al trabajo de una cuadrilla nuestra, se contratará a una empresa para demoler el edificio, que cobrará ¢100 millones", señaló. Hoy, la Gerencia de definirá el día que empezará la demolición, la cual incluye un plan general para proteger el vecindario testigo de la tragedia.