Matanza en la Embajda de Chile

Polémica marcó el primer aniversario de la tragedia

La polémica marcó ayer la conmemoración del primer aniversario de la matanza en la Embajada de Chile.

En medio del dolor, los familiares de Christian Yuseff, Roberto Nieto y Rocío Sariego, las tres víctimas del policía Orlando Jiménez, criticaron al exembajador chileno en suelo tico, Guillermo Yunge, quien afirmó a medios chilenos que se siente "la cuarta víctima" de la tragedia.

A Yunge se le ha criticado por supuestos malos manejos de la sede y tardar más de siete horas en permitir el ingreso policial. Incluso, familiares de las víctimas dudan de que no hayan tenido sobrevida, pues han comparado los informes forenses ticos con criterios de especialistas en su país.

El exembajador vive hoy cerca de la frontera con Nicaragua.

Marcela Guerrero, viuda de Nieto, afirmó que Yunge "no da la cara y una vez más cometió el error de decir estupideces".

Para Vladimir Yuseff, las afirmaciones del diplomático son de "una persona enferma".

Guerrero también descartó, al igual que el OIJ, la versión de que su esposo, Roberto Nieto, pudo haber apuntado con un arma a Jiménez minutos antes de la tragedia. "Es un rumor, en las embajadas en cualquier parte del mundo están prohibidas las armas".

A días de que el ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, presente un propuesta de indemnización a los familiares, ayer, el Gobierno de Chile aseguró que se esforzará "para que las familias sean indemnizadas adecuadamente".

Altas autoridades del Gobierno chileno acompañaron ayer a los familiares de Yuseff y Nieto en una misa en la Catedral de Santiago, celebrada al mediodía. Anoche, en la Catedral Metropolitana, en San José, también se honró la memoria de las víctimas. El padre y las hermanas de Sariego no asistieron. Prefirieron llevarle muchas flores y montarle una vigilia en las afueras de la embajada, "el lugar dónde dejó la vida", señaló Jorge Sariego, su padre.