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 Nacionales Viernes 29 de julio, 2005, San José, Costa Rica.
 

Al menos 12 peregrinos de Tilarán no superan los 26 años

Jóvenes marchan con gran fe

Pese a ampollas y dolores musculares, llegaron hasta Miramar

José Ricardo Carballo

Muchos piensan que son reacios a llevar una vida espiritual, que solo piensan en el vacilón típico de su edad y que son incapaces de emprender una caminata de fe hasta Cartago.

Tenía miedo de la distancia, pero vale la pena. Al llegar a Cartago, se siente una gran satisfacción".

Urías Núñez 38 años

Sin embargo, Jonathan López, Jéssica Vega, Greivin Herrera, Daniel Mejías, el pequeño Mario Ugalde, de solo 11 años, entre otros, demuestran, con el ejemplo, que su inquebrantable devoción puede fácilmente derribar las falsas creencias.

Además:

  • Viene lo peor: Cambronero
  • Todos los caminos conducen a Cartago
  • A paso firme, aunque con los dolores normales por el camino recorrido, estos jóvenes romeros completaron, junto a sus compañeros, la segunda etapa de su recorrido.

    Fueron 44 kilómetros desde Limonal de Abangares, de donde salieron ayer, a las 2 a.m., hasta el Rancho Garabito, en Ciruelas de Miramar. El miércoles empendieron el camino desde Tilarán.

    Los 33 peregrinos pararon tres veces. A desayunar en el Rancho Hannia, en Lourdes de Abangares, luego en la soda de Monteverde, en Chomes, y en la entrada a Sardinal, donde almorzaron y descansaron un rato para devorar los últimos ocho kilómetros.

    Durante el trayecto, el fervor de todos los romeros, pero principalmente de los de más corta edad, quedó patente en cada paso. "Todo en la vida tiene su momento, así como nos gusta divertirnos, también sacamos el rato para dedicarlo a Dios y la Virgen. Aquí nos damos cuenta lo que vale la vida", comentó Jonathan, de 25 años. Su novia, Jéssica Vega, de 24 años, una de las ocho mujeres peregrinas, dijo que hay muchos mitos sobre la romería.

    "Piensan que uno solo viene rezando, pero también nos reímos y vacilamos, es parte de esta experiencia de alegrías, dolores y tristezas en la que uno se convence del poder de la fe".

    El pensamiento de estos muchachos es admirado por los peregrinos más experimentados como Floriberto Ramos, de 57 años, uno de los de mayor edad.

    "Hay mucha juventud que toma conciencia y aprende de los más viejos que creen mucho en las cosas de Dios", dijo satisfecho.

    Foto: 1028786
    Ayer, a las 5:15 a.m., Alicia Bastos marcaba firme el paso por las Juntas de Abangares. La seguían de cerca Felipe Hernández y Guiselle Ugalde
    Rafael Pacheco

    Viene lo peor: Cambronero

    El trabajo del masajista Jorge Navarro se intensificó ayer. Los muslos comenzaron a doler, las pantorillas se resintieron y aparecieron las ampollas.

    A las 10 a.m., abrazada de uno de sus compañeros, la joven Cindy Vega dijo sentir "las plantas de los pies partidas" y don Floriberto se aplicó otra vez cebo.

    Hoy esto podría empeorar porque deberán superar el paso por Cambronero, hasta llegar a San Ramón.

    Los romeros saben que esa es la más difícil y temida etapa y que el poco ancho de la vía, los tráilers a altas velocidades y lo pesado del camin podrían dar al traste con su misión, de no ser por su fuerza de voluntad. Pero están convencidos de que su fe es más poderosa.

    Todos los caminos conducen a Cartago

    María Estela Monterrosa y Aléxander Hernández

    Cartago y Esparza.- Por estos días, la tierra de La Negrita es el destino más apetecido.

    Sino que lo digan 20 feligreses que caminan desde Guanacaste, un vecino de La Uruca y decenas de alajuelenses que ayer se arrodillaron ante su altar.

    Los motivos del viaje son tan variados como el sitio donde se iniciaron. Los guanacastecos

    empezaron con la tradición hace 20 años, cuando la Virgencita le desapareció a un chiquito una pelotita en el ombligo que suponía una operación. Ayer, Rodrigo Villegas le agradeció que sus hijos nacieron con salud.

    Doña Elizabeth Alvarado, quien llegó en bus desde La Agonía de Alajuela, pagó una promesa porque le curó un dolor de pies y Rafael Villalobos volvió a agradecerle que "por ella dejé el licor y la calle que iban a matarme".

    Desde La Uruca, Gerardo Herrera, la bendijo por darle tanta fe. No importa si llegan en bus, a pie o en carro, los fieles llenan la Basílica de fiesta y devoción.

    Foto: 1029152
    Romeros guanacastecos a su paso por Esparza
    A. Hernández

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