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 Sucesos Viernes 29 de julio, 2005, San José, Costa Rica.
 

Río Oro de Santa Ana

Campesino murió en incendio

Licor y candelas se habrían confabulado para provocar el desafortunado siniestro

Erick Carvajal Mora

Santa Ana. - Vinicio Eugenio Chavarría, de 40 años, murió ayer, en la madrugada, en un incendio que consumió por completo la pequeña casa donde vivía en Calle Cebadilla, en Río Oro de Santa Ana, informaron las autoridades policiales.

Juan Carlos Umaña, hermano de Vinicio, fue el primero en darse cuenta de la tragedia , a eso de las 6 a.m., ya que todos los días subía a dejarle desayuno.

Además:

  • Fuego consumió las esperanzas
  • Vinicio vivía en una pequeña casa en la finca de la familia como parte de un autotratamiento para dejar de tomar licor. No estaba casado y tampoco tenía hijos.

    Como no tenía electricidad se alumbraba con candelas, por eso las autoridades piensan que ese pudo ser el inicio del siniestro, sin embargo, el caso está bajo investigación del OIJ y de Bomberos.

    Vinicio tenía más de un año de haberse pasado a vivir en ese lugar. "Estaba acostado en lo que fue la cama, pensamos que se quedó dormido y luego se inició el incendio", dijo Gilberth Gómez, jefe de puesto de la delegación de la Fuerza Pública de Santa Ana.

    Así lo veo

    Era una buena persona. Se había aislado de sus amigos con la idea de dejar de tomar, y lo estaba logrando"

    Carlos Ramírez, Sobrino

    Era una persona alegre y servicial. Siempre me ofrecía un "gallito" cuando tenía comida"

    Juan Castillo, Amigo

    Foto: 1029061
    El fuego consumió la casa de Vinicio Chavarría, de 40 años, quien perdió la vida
    Abelardo Fonseca

    Fuego consumió las esperanzas

    Vinicio Eugenio Chavarría tenía la esperanza de dejar de tomar alejado de todo el mundo que lo rodeaba en Río Oro de Santa Ana. Allí su familia es conocida como Los Canelos.

    "Estaba logrando dejar la bebida. Alejado, solamente se dedicaba a cuidar las gallinas, cerdos y ganado que había en la finca, la cual es propiedad de la familia Umaña", comentó Carlos Ramírez, sobrino de Vinicio.

    Vinicio no tenía hijos ni estaba casado, tenía nueve hermanos que lo cuidaban y lo querían mucho. "Todos los días subía uno de los hermanos a dejarle café y pan, o recoger la ropa para lavarla, con el fin de verificar que todo estuviera bien", dijo el sobrino.

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