Campeonato nacional

Luces, cámara... goles

Políticos, actores, periodistas y humoristas esperan lo mejor de sus equipos

La fiebre por el fútbol, ahora que ya comenzó la temporada 2005-2006, no hace distinciones de profesiones y trabajos.

Toca las puertas de todos por igual y se mete en cada rincón del país para levantar roncha y generar diversos comentarios.

De ahí que no solo los aficionados comunes y corrientes se apuntan fuerte con la causa de sus equipos, pues algunos políticos, actores, periodistas y hasta humoristas siguen similares pasos para iniciar un campeonato vibrante y de amplias situaciones.

Con emoción y optimismo el diputado Olman Vargas, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), le seguirá haciendo la fuerza a su querido Municipal Pére Zeledón, confiando en que al menos retenga el subtítulo que se ganó en el último torneo.

Similar lo hará su colega Laura Chinchilla, de Liberación Nacional, pero apostándole a su Saprissa, que ayer debutó ante los poetas en su estadio.

La fiebre del balompié también llega a la televisión, donde el periodista Edgar Silva, del programa Buen Día de Canal 7, confía en que su cuadro liberiano haga un buen campeonato para no sufrir con el fantasma del descenso, como ocurrió el torneo pasado, cuando por poco se marcha a la Segunda División.

De igual manera el humorista Norval Calvo y el actor Gustavo Rojas opinaron sobre lo que esperan de sus equipos para esta temporada, aunque van en aceras diferentes. El primero es un morado a muerte y el segundo se se considera un liguista de hueso colorado.

Al tener por delante un largo campeonato surge la interrogante: ¿A quién se le cumplirá el deseo de ver a su equipo levantar la copa de campeón?

Después de más de 40 jornadas sabremos quién sonreirá y quién tendrá que esperar otro torneo para renovar sus esperaranzas de celebrar un título.

Es la fiesta del fútbol la que acompaña a niños y viejos y hombres y mujeres. No hay distinción de raza ni de clase social. Todos van en el mismo tren futbolero, en espera de disfrutar en grande, más allá de los inevitables tragos amargos.

El torneo 2005-2006 está en marcha, va viento en popa y a toda vela con la compañía de conocidos y desconocidos, pero todos atentos al trayecto del balón.