"Me gustan nalgoncitas"

Mauricio Hoffman, el animador de Sábado Feliz, no quiere ataduras, le gusta ser libre

Hoy, a los 21 años, la pasión por los programas le sigue corriendo por las venas y espera, en el futuro, tener un espacio propio, eso sí, sin serrucharle el piso a su famoso papá: Nelson Hoffman.

Soy simple, no tengo tatuajes, no uso aretes, para mí el cuerpo es sagrado. Me gusta la gente alegre y sincera.

¿Qué es lo más difícil de ser "requeteconocido"?

Que las personas comprendan cuando pasás por un mal momento y que no te digan: "Ese mae nada que ver a como sale en la tele, es un odioso, es un pesado".

Delgada como mi novia. Me inclino más por las rubias de pelo largo. Que sean nalgoncitas, con carnita en las nalguitas y sin llantas.

Es mejor "rejuntarse", vivir juntos un tiempo antes de dar ese paso. Estoy a favor de tener un noviazgo largo.

En una cena con velas. Disfrutar de la noche; con besitos por aquí, besitos en el cuello, apapachos. ¡Imagínese usted todo lo demás!

Últimamente lo he cambiado más porque anduve casi tres años y medio con los pelos parados. También porque me escriben pidiéndomelo y uno tiene que escuchar.

Uno no es un billete de ¢10 mil para gustarle y caerle bien a todo el mundo. Les doy las gracias por haber sacado el ratito para verme.

¿Su apariencia física le ha ayudado a estar en tele o es su personalidad?

Las dos juegan un papel importante; sin embargo, hay que tener una personalidad definida, no solo que le gustés a la gente. No me considero un hombre feo, sino más bien normal.