Viernes 11 de marzo, 2005. San José, Costa Rica.



 

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Despedida
Anoche, a las 10:40, todavía con una iglesia totalmente abarrrotada, los vecinos de Monteverde despidieron, uno a uno, a Mario López Miranda, para decirle que éste siempre será su hogar.
Erick CÓRDOBA/Al Día

Autoridades advertidas sobre asaltantes

Desde el jueves pasado los vieron en montañas de Miramar

Erick CARVAJAL MORA
Rodolfo MARTÍN

La presencia de cuatro hombres armados en la zona montañosa de Miramar, que autoridades presumen, participaron en el sangriento asalto a la agencia bancaria de Monteverde, fue advertida a la policía en dicha región desde el jueves pasado, según lo confirmó ayer una alta fuente judicial a Al Día. Consultamos anoche esta versión al ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, quien negó que autoridades administrativas hubiesen recibido tal alerta.

El grupo -según la información en nuestro poder- fue visto, ingresando a la montaña por Calle Cervantes, Miramar.

Además:

  • Asaltantes: ¿Quiénes son?
  • ¿Qué pasó en Monteverde?
  • Así lo contactaron, así lo rindieron
  • Alrededor de las 5 p.m. del jueves anterior, el OIJ de Puntarenas recibió una información de que un grupo de hombres, cuatro, había ingresado por un sector montañoso en la zona. Por su atuendo: ropa de fatiga, sucios y la posibilidad de que cargaran armas, se giró una alerta a autoridades administrativas y a la seguridad bancaria. Viernes, sábado ni domingo hubo mayor secuela de esta alerta. El lunes tampoco y el martes fue ejecutado el asalto en el que murieron 9 personas: cuatro clientes, dos empleados, dos asaltantes y un oficial élite antiterrorista.

    Al trascender el violento ataque en Monteverde -añadieron nuestras fuentes- y conocerse el tipo de gente que lo perpetró, emergió la presunción de que se trataba del mismo grupo visto sospechoso el jueves en Miramar.

    "Estábamos alertados"
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    Adiós a un amigo
    El sacerdote Omar Romero y el intendente municipal Marconi Suárez ingresaron el ataúd, que viajó escoltado por una caravana de ambulancias desde San Joaquín de FLores en Heredia.
    Erick CÓRDOBA/Al Día

    Roberto Méndez, jefe de seguridad del Banco Nacional, confirmó que fueron alertados por parte del OIJ de Puntarenas.

    Méndez dijo que de inmediato se pasó la alerta a todas las agencias de la zona.

    Aumentaron la supervisión de las sedes bancarias por parte de la seguridad privada y se tomaron otros controles.

    "Prueba de que estaba la alerta en los bancos es que en Monteverde se mantenía administrada la puerta", comentó.

    La agencia de Monteverde, explicó, fue reforzada hace varios meses, pero esa seguridad no tenía nada que ver con la alerta de la semana pasada.

    El ministro Ramos, dijo anoche, a las 9:20, que nunca recibieron, oficial o extraoficialmente, una comunicación en ese sentido.

    Indicó que supo que el rumor fue más a nivel bancario y que ninguna dependencia del Ministerio en Puntarenas fue alertada.

    El subdirector interino del OIJ, Francisco Segura Montero, dijo anoche que reciben alertas de todo tipo a diario, y que en este caso, nunca tuvieron una específica de que podía suceder algún evento en Puntarenas.

    Así sucede a menudo en la zona fronteriza norte.

    Ratificó que sí le han dado seguimiento a este grupo desde hace meses. La banda es sospechosa de al menos 18 violentos atracos en Puntarenas, Alajuela y Limón.

    "Manejamos alertas de todo tipo, cuando se sabe que es de un asalto bancario, les avisamos a los bancos para que pongan seguridad extra. Las alertas que tuvimos en estos días nunca decían que podía pasar algo en Monteverde, y menos de esta magnitud", indicó Segura.

    Erly Hurtado Martínez, fue el único asaltante que entró a las oficinas del Banco Nacional de Monteverde. Mantuvo secuestradas a 31 personas con dos AK-47 y un arma 9 milímetros.

    Anoche, a las 8:35, el primer cuerpo en llegar a Monteverde, fue el de Mario Enrique López, de 37 años.

    A las 9:46 p.m., los oficiales del OIJ cerraron con plásticos negros toda la agencia bancaria

    Rosa Marchena, de 23 años, fue la segunda en llegar, a eso de las 11 p.m. Ambos se encontraban en el salón comunal.

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    Ante la policía
    Erly Hurtado Martínez es el único miembro de la banda de asaltantes que fue capturado.
    Rolando AVILES, Para/Al Día

    Asaltantes: ¿Quiénes son?

    Los nicaragüenses que trataron de robar en la agencia del Banco Nacional en Monteverde, son los hermanos Santos y Erly Hurtado Martínez, originarios de Pueblo Nuevo, departamento de Estelí en Nicaragua.

    El tercer asaltante, Santos Maryori Cruz Martínez, es medio hermano de los otros dos hombres, y existe un cuarto asaltante cuya identidad no ha trascendido.

    Según el expediente de la oficina de Migración, Erly Hurtado ingresó al país en 1997, y se le concedió el régimen de amnistía en 1999. El año pasado sacó cita en Migración para renovar su cédula, pero nunca llegó a ejecutar el trámite.

    Cuando llenó los documentos para tener la amnistía, dijo que vivía en unión libre en Cartago, y que era obrero. Nació el 8 de marzo de 1973.

    De Santos Hurtado Martínez se sospecha que nació en Pueblo Nuevo de Estelí, era ayudante de construcción y vivió en Naranjo, y también en el barrio Las Américas, en Turrialba. No se tiene conocimiento de antecedentes penales.

    De Santos Cruz Martínez trascendió que es oriundo de Ocotal de la Segovia, Departamento de San Juan de Nicaragua. Fue acusado el 9 de marzo del 2002 por machetear a un hombre.

    La comisionada Míriam Torres, vocera de la Policía Nacional de Nicaragua, confirmó anoche a Al Día que aún no han recibido una solicitud formal por parte de las autoridades costarricenses para investigar los antecedentes de estas personas.

    En Managua, en los registros de los desmovilizados de la contrarrevolución aparecen los nombres de Iván Hurtado Martínez y Óscar Hurtado Martínez, quienes podrían ser hermanos de los asaltantes, por lo que probablemente estos sujetos también hayan pertenecido a ese ejército. Tras los procesos de paz en los años 90, la contrarrevolución depuso las armas.

    ¿Qué pasó en Monteverde?

    Erick CARVAJAL

    Jorge Rojas, director del OIJ, y Rogelio Ramos, ministro de Seguridad Pública, explicaron ayer detalles del ataque.

    Martes 8 de marzo, 3:30 p.m. Después de un intenso tiroteo entre tres asaltantes y guardias bancarios, las autoridades policiales trasladan agentes de Puntarenas y Cañas, a Monteverde.

    La información era escueta. Un grupo armado intentó asaltar la agencia bancaria.

    Se sospecha que dos hombres fuertemente armados tomaron como rehenes a clientes y empleados bancarios.

    Dos negociadores se desplazaron, vía aérea, desde San José a Monteverde.

    Una tercera negociadora se quedó en el centro de crisis en el Ministerio de Seguridad Pública.

    Trataron de contactar a Hurtado llamándolo a un teléfono celular, pero él cortaba la llamada.

    A las dos horas, Erly Hurtado -el único asaltante preso- decidió comunicarse con las autoridades. Llama al 9-1-1. El operador del servicio, al darse cuenta de la situación, remitió la llamada al centro de crisis.

    En ese momento, se inició un diálogo entre un negociador, el director del OIJ y el asaltante.

    Al mismo tiempo, la policía abrió las comunicaciones a los teléfonos celulares de los rehenes. Usaron mensajes de texto y llamadas telefónicas.

    El método fue útil para tranquilizar los ánimos de las víctimas y, a la vez, avisarles cuándo podían escapar.

    La experta volvió a contactar a Hurtado, a las 6:20 p.m. Le hizo la primera oferta: brindarles atención médica a los heridos, especialmente a los maleantes que estaban afuera, uno de ellos un hermano suyo. Pero su respuesta fue: "Que se muera. De por sí, sabía a lo que venía. ¿Para qué atenderlo?, si le van a meter, al menos, 25 años".

    La primera demanda de Hurtado fue comida, licor y pastillas para el dolor, pues, según él, estaba herido.

    Esto dejó ver que no quería terminar, rápidamente, el secuestro.

    Los negociadores accedieron a la comida y las pastillas, pero no al licor. Hurtado se molestó.

    Su segunda demanda fueron ¢15 millones en dólares. Según dijo, lo que había en cajas era "una cochinada" y no iba a salir del banco con las manos vacías.

    La policía le mandó $10 mil y luego empezaron a negociar la tercera demanda.

    Además del dinero, quería un automóvil con un chofer.

    En la agencia todo estaba en tinieblas, había un estado de pánico y los demás rehenes estaban en el suelo.

    Hurtado siempre mantuvo junto a él a tres personas: Nancy Ramírez, quien tiene siete meses de embarazo, Elizabeth Artavia, a quien liberó de última antenoche, y Bernal Villegas, quien escapó luego del asalto policial a la agencia.

    "Nos morimos."

    Hurtado amenazó con explotar una granada si la policía tomaba la agencia.

    El director del OIJ y la negociadora extendieron las conversaciones.

    Las negociaciones se centraron en la liberación de Ramírez, embarazada.

    Hurtado aceptó que la mujer saliera a las 12:10 p.m. del miércoles.

    Como respuesta la policía le mandó parte del dinero solicitado, en total $10 mil (¢4,6 millones).

    El secuestrador presionó por el carro para huir.

    A la 1:10 p.m. se decidió el asalto policial.

    La acción fue avalada por el presidente Pacheco. Un grupo de agentes lo hizo por el frente y otro por detrás del local.

    Hurtado en ese momento conversaba con la rehén Artavia. Al percatarse de la acción policial inició una ráfaga de disparos.

    "Usted no se mueva", le gritó a la rehén Artavia.

    "Si nos morimos, nos morimos los dos", le volvió a advertir en medio de la lluvia de balas.

    Así lo contactaron, así lo rindieron

    El primer contacto con el único asaltante preso, Erly Hurtado Martínez, se dio a las 5:30 p.m.. del martes. Los agentes lo llamaban a los teléfonos del banco y no respondía, pero a esa hora lo contactaron mediante el celular de un cliente, que contestó él.

    Jorge Rojas, director del OIJ y una rehén, aseguran que el contacto se dio cuando Hurtado pidió a uno de los retenidos llamar al 9-1-1.

    Los agentes querían saber cómo estaban los rehenes, pero no dio chance. Entonces esperaron a que llegara un experto del OIJ.

    El experto lo contactó a las 6:20 p.m. La primera oferta que le hizo fue brindarle atención médica a los heridos, especialmente a los maleantes que están afuera, pero la respuesta que dio fue que "se muera, de por si sabía a lo que venía, ¿para que atenderlo? si le van a meter al menos 25 años".

    Su reacción se cataloga de atípica, en su violencia y en su proceder, pues hablaba de su hermano directo.

    Luego pidió una botella de guaro, cosas inimaginables y al final habló de ¢20 millones. La policía lo aceptó como parte de la estrategia y le enviaron un sobre con 100 billetes de $100. Además pidió un carro y le alistaron un Mitsubishi, doble tracción.

    A rendirse, las autoridades le decomisaron ¢100 mil. Los tenía en una media. Los había tomado de una de las cajas. En cuanto a los dólares, se los entregó a la última rehén, Elizabeth Artavia, en el momento de rendirse.

    Hurtado lucía disminuido y derrotado y le entregó a ella el sobre con la plata.

    En un momento dado. cuando ya se veía complicado, comienza a darse un relación de acercamiento con Elizabeth, le hace ver la necesidad de que debe irse a la casa y le responde: "Vine a morir aquí", está débil, ella lo comienza a "terapiar", si necesita un vaso de agua, le comienza a limpiar una herida de 9 milímetros que tiene en la tetilla izquierda que le entró, pero no le avanzó. Comienzan a hablar si le permiten entregarse y que le garanticen los derechos.

    La rendición se da casi a las 7:40 p.m. Desarma la AK 47, después entrega la pistola 9 milímetros, y después sale con Elizabeth; pasa un primer filtro oficial de la DIS, donde lo revisan, separan a la muchacha, salen a la calle, lo toman dos negociadores y de ahí se lo llevan a Puntarenas.

     

    Información: Rodolfo MARTÍN, Sylvia ALVARADO, enviados; Erick CARVAJAL, Álvaro SÁNCHEZ, Mónica UMAÑA, Mercedes AGÜERO, Alejandra MADRIGAL y Carlos LÁSCAREZ. Fotos: Érick CÓRDOBA, Manuel VEGA, Rolando AVILÉS; corresponsales: Christian CAMPOS, Edgar CHINCHILLA, Ronny SOTO y Ricardo CUADRA (Managua).

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