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Perspectivas
Violencia Eduardo Castro
La violencia se ha enseñoreado del país. En esta misma semana, el número de víctimas mortales, en dos asaltos, se eleva a 11. La situación, pues, está pasando de castaño a oscuro. Habrá que analizar las causas para adoptar las medidas del caso.
Pero el tema al que quiero referirme es el de la actuación del Gobierno ante la emergencia de Monteverde.
Las autoridades dieron muestras de madurez y de buen manejo de la situación. Primó la paciencia. Pasaron 21 horas antes de que se ordenara la intervención policial, tras negociar con los asesinos (en ese momento se creía que eran dos), y ante dos intentos fallidos de resolver la crisis por la vía pacífica.
La violencia que azota a Costa Rica, exige firmeza e inteligencia. Se debe tratar de resolver las cosas pacíficamente, pero sin permitir los excesos y sin alcahuetear a los delincuentes. Que sepan que hay mano firme y que se tratará de salvar vidas inocentes, pero sin ceder, anteponiendo las leyes que preservan a la sociedad.
Desgraciadamente, casi siempre en este tipo de situaciones hay víctimas inocentes, pero el orden debe imperar.
De lo acontecido hay que sacar enseñanzas y, con lo actuado, enviar señales a los delincuentes: hay una autoridad dispuesta a hacerse respetar y a hacer respetar las leyes.
No se puede permitir que desalmados quieran hacer de las suyas impunemente. Y que sepan que, cuando sea necesario y posible, pueden pagar con sus propias vidas.
En Monteverde han muerto civiles y esto duele. Nuestro pésame a sus familiares. Que Dios les dé resignación, y descanso a las almas de los fallecidos.
Al héroe Óscar Quesada Fallas, el policía fallecido en el cumplimiento de su deber, nuestro reconocimiento. De hombres como él depende la seguridad de todos nosotros. Con su valentía dio ejemplo, y envió la señal que necesitan los criminales.
A sus parientes nuestra solidaridad.
¡Que el héroe descanse en paz! Gracias por tu heroismo. Serás inspiración para los hombres de bien, que siempre ofrendarán sus vidas por el bienestar de la mayoría.
Ciertamente, la descomposición social del país ha ido en aumento y a pasos agigantados. Ante esta realidad, no les queda más a las autoridades que hacerle frente. Es necesario instruir a la ciudadanía en prevención, y será imprescindible incrementar los miembros de los cuerpos policiales, así como brindarles lo más avanzado en entrenamiento y equipos para que cumplan a cabalidad con sus obligaciones.
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