Sábado 07 de mayo, 2005. San José, Costa Rica.



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Sobre el terreno

Dilema

Julio César Bustos

El problema que tiene hoy Javier Delgado, no es quién suple a Mauricio Solís, porque tiene a Cristian Montero y Luis Diego Arnáez, sino la función que debe hacer el segundo contención Pablo Gabas.

Si los dos contenciones no se hablan dentro del terreno de juego para definir quién va a la ofensiva, eso significa que su equipo no tiene el equilibrio ofensivo necesario para superar a rivales de su "misma" categoría, hoy Saprissa.

Ese segundo contención deja sin balance a los medios que supuestamente tienen que respaldar a sus dos atacantes.

Montero o Arnáez, acompañados por Pablo en defensa para recuperar el balón, pero inmediatamente que lo tienen, viene el dilema de Delgado, obligar al argentino que constantemente vaya a la ofensiva por la izquierda, o dejar que Sirias o Castro suban y dejar a Pablo cubriendo en defensa.

Y ahí está el desequilibrio manudo en ofensiva, porque supuestamente el equipo ingresa a la cancha con un solo contención, Arnáez o Montero, tres creativos, Bryce por la derecha, Hernández por el centro y Gabas por la izquierda para acompañar a Fonseca y Ledezma.

Claro, cuando transcurre el partido, recuerda usted cuántas ocasiones tiene Gabas para rematar fuera del área, llegar a línea de fondo y centrar, ingresar en diagonal para cabecear y quedar frente al portero rival, que es necesariamente lo que hace un volante ofensivo.

Para ser más explicito vamos a comparar sus funciones con las de Pablo Brenes o Alonso Solís. Gabas acompaña al contención, Brenes o Solís acuerpan a los atacantes.

Si Delgado quiere pasarle por encima a los morados, sus jugadores van a tener que proponer la iniciativa, pero si Solís y Gabas no se comunican para ver cuál va a la ofensiva, y Froylán le pega un patadón a un rotulo porque su compañero Rolando falló un remate completamente solo, como pasó ante Herediano , por citar dos ejemplos, eso significa que los jugadores quieren tapar el sol con un dedo, o sea no existe armonía para jalar todos al mismo lado.

Dicen los rojinegros que no hablan con Al Día, tienen su derecho, pero Al Día puede hacer un análisis de su rendimiento antes, durante y después del partido, y ahí si es cierto, Al Día seguirá siendo fiel a su estilo, no callarnos nada de lo que muestran los jugadores manudos dentro del terreno de juego.

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