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Misión divina
Haley Castro, líder de la comunidad católica "Pescadores de hombres" dirige el programa radial. Aquí, en diciembre, en Máxima Seguridad, cuando oró antes de darles la fiesta de Navidad.
Érick CÓRDOBA/Al Día
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Cárcel en el dial
Programa celebra 5 años Sylvia ALVARADO MARENCO
salvarado@aldia.co.cr
¿Cómo es la primera noche en la cárcel? ¿Se puede perdonar a quien le mató un hijo a uno? ¿Qué siente una madre cuando va de visita a Máxima Seguridad? Y los hijos de los presos, ¿cómo hacen para salir adelante?
Estas son algunas de las preguntas que, cada jueves, obtienen respuesta mediante testimonios, en el programa "Lanzando redes de esperanza", que se transmite en radio Fides, (93.1 fm y 10.40 am), de 7:30 a 8:30 pm.
La idea de Haley Castro, líder de la comunidad católica "Pescadores de hombres", que fue catalogada como "locura", hoy cumple cinco años de estar al aire.
Castro, quien desde hace 20 años "ama la locura" de visitar cada sábado a los 44 internos de Máxima Seguridad en La Reforma, ahora cosecha alegrías con el programa radial que "se ha echado al hombro" y que es una ventana para los expertos en materia carcelaria, exalcohólicos, exdrogadictos y exprivados de libertad.
Es un llamado a abogados, voluntarios, trabajadoras sociales y un intento por llevar un mensaje a la población carcelaria y a sus familiares que, teniéndolos a ellos tras los barrotes, viven su propia cárcel por dentro.
Pero también es un intento por concientizar a la sociedad sobre una realidad que casi nunca quiere ver.
"No decimos que el preso es bueno, decimos que es un hijo de Dios que cometió un error y por eso está en la cárcel. Queremos ayudarlos a ellos y a sus familias y que otros aprendan a través de sus experiencias de vida", dice Castro.
"Aquí, familiares de víctimas han enviado el perdón a quienes les robaron la vida y ellos los han escuchados desde las celdas", agrega Castro, quien "corre" para poder llevarle a los internos cosas simples que adentro de un penal valen oro, como un desodorante, un cofal, una bolsa de chorrear café, una espuma, un tamal o un regalito para que le den a sus hijos en Navidad.
Ahora este "pescador" quiere ampliar su fórmula de amor, transmitiendo el programa desde los centros penales y filmando a varios presos para que sean vistos en los colegios. "Quisiera que los jóvenes puedan verlos contando sus experiencias, sus miedos, las condiciones en que viven, los peligros que corren por haber tomado el camino equivocado... para que nunca lleguen ahí".
"Yo quiero mucho a los presos. No puedo ocultar que cada sábado quisiera no encontrármelos ya en Máxima Seguridad, pero mientras estén ahí ni yo ni mis compañeros los vamos a abandonar", afirma Castro, con voz de sentencia; la mejor sentencia que han recibido en su vida.
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