Lunes 23 de mayo, 2005. San José, Costa Rica.



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Foto Principal: 978130
Sentencia
Después de una gran recepción, Rolando Fonseca remata fuerte con zurda. El balón va hacia el fondo para dejar el título prácticamente servido para la Liga. Fue el 3-1.
Mario CASTILLO/Al Día
Infográfico

El título 23 y 3/4

La Liga tiene todo para sentenciar la final en su casa y sumar su título 24

Antonio Alfaro

Restrepo lo sabía, siempre lo supo, se lo escuché horas antes del juego y lo confirmé en él: Pérez Zeledón no era local, nunca lo fue, para placer de una Liga que tomó la final en sus manos por no decir el título.

Nunca había visto el Ricardo Saprissa con tantas camisetas rojinegras en los graderíos, que aunque no llenos le dieron al club generaleño una buena taquilla y a Alajuelense el mejor ambiente que puede tener un equipo "visitante".

Además:

  • La jugada clave
  • - Yo no sé nada de fútbol, nunca he ido a un estadio, pero qué goleada, me dijo Roberto, el guarda de turno en Al Día. -¡Y ahora tienen que jugar en Alajuela!-le comenté-. -¡Yo me persignaría!- dijo él. Hasta quien no sabe de fútbol o dice no saber, lo sabe.

    La fuerza

    Cuando a los 25 segundos de juego el gol de la Liga se insinuó como el inicio del fin, creímos que Pérez Zeledón no tendría con qué reponerse a aquel golpe, el tanto de Carlos Hernández, el hombre que a punta de remates fulminantes había definido las series contra Herediano y Saprissa. No por casualidad, unos aficionados manudos en la gradería sur le pedían con un rótulo"¡Suelte la bomba Carlitos!". No fue una bomba, pero esta vez, a falta de potencia, Hernández tuvo la suerte de su lado, favorecido por el desvío de zaguero (¡la fuerza lo acompaña! dirían los fanáticos de Star Wars).

    El guerrero

    A veces no basta ser guerrero, valiente, ni dejar el pellejo en la cancha por una ilusión.

    Pérez Zeledón tuvo agallas para levantarse del golpe tempranero, jugó mejor que la Liga en el primer tiempo, presionó su salida, tuvo tres opciones de gol en los primeros 13 minutos, desnudó errores en la marca manuda, obligó a Marín, Wallace, Rodríguez y Sirias a "salir jugando" con pelotazos, privó a Javier Delgado y los suyos de una sola llegada al área generaleña en los 20 minutos siguientes al tempranero gol y logró el justo empate, el golazo de Geiner Segura, ese volante que encarna al típico guerrero de película: melenudo, fuerte, aguerrido, heroíco (de esos que sacan un remate desde donde pocos pueden y la aninan donde no llega el arquero).

    Fue y fueron guerreros, pero a veces no basta.

    La respuesta

    Si se tratara de la NBA, si no fuese porque ya lo conocemos como el "Pato" López, Wílmer debería llevar el mote de Iverson, ese pequeñito jugador de los Sixers al que llaman "The answer" (la respuesta).

    La pregunta era cómo lograría la Liga escapar a la presión generaleña, cómo hacer que el balón pasara por el mediocampo. La respuesta calentaba a la orilla del campo antes de haberse jugado media hora de juego. La respuesta ha tenido un año difícil, por lesión, pero se recuperó para aportar lo suyo. La respuesta no jugó ni un minuto del último partido contra Saprissa y tenía ganas de ser la respuesta, meterse detrás de los delanteros, zafarse de la marcas, recibir, servir. Se sumó al ataque y anotó un golazo. La respuesta tiene algo que ver con ese cántico de "La Doce" minutos después del gol: "Sale sale sale campeoón, Wiilmeerr, Wiilmeeer".

    La respuesta II

    La respuesta y la Liga tomaron el control del juego, un juego que fue decayendo en opciones claras, hasta que otro que también responde preguntas (Fonseca) corrió donde debía, logró una gran recepción (ante el excelente pase de Ruiz) y definió con zurda. Tampoco había jugado un solo minuto en el último juego contra Saprissa, tampoco ha tenido su mejor año, pero el gol no lo abandona. Esa es su respuesta.

    La jugada clave

    Si el gol tempranero, a los 25 segundos, no amilanó a Pérez Zeledón, el segundo tanto, también recién salidos del camerino pero esta vez para el segundo tiempo, desdibujó al cuadro generaleño y le entregó el juego a la Liga, según reconoció el técnico Restrepo.

    Solís y Hernández cobraron en corto un tiro libre en el medio campo. Carlos envió el pase largo, por arriba, hacia los línderos del área, donde Froylán la ganó de cabeza y la sirvió hacia Wílmer, quien incorporó desde atrás y llegó al área sin marca para fusilar.

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