Martes 31 de mayo, 2005. San José, Costa Rica.


Fotografías del juego Liga-Pérez
LDA: recuento de su historia


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Un disparo
Mario Cordero Vásquez falleció ayer, a las 7:55 a.m., de un disparo en su costado derecho. El crimen ocurrió frente a la casa de uno de los propietario de la empresa de buses en que laboraba.
Allen CAMPOS para/Al Día

Le quitan maletín con ¢102 mil y lo matan

Motociclistas asesinos atacan en Aserrí

Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA

Aserrí.- Negarse a entregar un maletín con ¢102 mil en monedas, le costó la vida ayer a Mario Fabricio Cordero Vásquez, de 28 años, en el centro de Aserrí.

Cordero, quien era administrador de la empresa de buses de la localidad, fue asesinado a las 7:55 a.m.

Murió víctima de un balazo a quemarropa, disparado por uno de los dos delincuentes que lo despojaron de un maletín con el dinero.

El hecho ocurrió 25 metros al este de la escuela Manuel Hidalgo, en el centro de Aserrí, frente la vivienda de Manuel Morales, uno de los propietarios de la empresa de autobuses ASMESA (Transportes de Aserrí-San José), que presta servicio a ese lugar.

Además:

  • "Me balearon a Mario ..."
  • Según la versión de los testigos, el joven se bajó a dejar a su esposa, Hellen Vanessa Chaves, quien labora en la vivienda de ese empresario.

    Además, recogió el maletín con el dinero y cuando se subió su vehículo -tipo pick up- fue abordado, por la ventana del conductor, por dos hombres que usaban cascos totalmente cerrados.

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    Desconsuelo
    La madre de la víctima (vestido azul), quien de casualidad estaba en Aserrí, pues es de Turrialba, llegó al sitio del homicidio junto a otros familiares. El desconsuelo era evidente, una hora después del hecho.
    Allen CAMPOS para/Al Día

    En ese momento, se produjo un forcejeo por el maletín, uno de los sospechosos sacó un arma y le disparó desde muy poca distancia hiriéndolo en su costado derecho.

    La bala salió por la ventana del pasajero.

    Los sospechosos huyeron con rumbo al centro de Desamparados, a bordo de una motocicleta Kawasaki color verde.

    Al cierre de edición, la policía no había dado con los sospechosos del hecho.

    "Yo los ví"

    Un funcionario de Correos de Costa Rica observó a los dos hombres minutos antes de que cometieron el asalto.

    "Yo vi que estaban afuera de la casa, todos tapados con los cascos. No sé por qué presentí que algo iban a hacer. Por eso, di la vuelta y fui a la delegación a avisar. Cuando regresé, ya todo había pasado", dijo el joven, quien prefirió no ser identificado.

    La policía de Aserrí presume que estos sospechosos serían los mismos que la semana anterior asaltaron la gasolinera de ese lugar, ya que los testigos observaron la misma motocicleta.

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    Carlos Eduardo Monge
    Compañero
    "Era una persona muy especial, un gran compañero, muy trabajador y muy entregado a su familia".
    Allen CAMPOS para /Al Día

    "Es casi un hecho que ya lo tenían visto. Al parecer, él siempre recogía dinero en este lugar y salía a hacer depósitos. Es posible que lo siguieran", explicó Mario Barrena, policía de la Fuerza Pública.

    La víctima tenía más de seis años de laborar para la empresa ASMESA, como administrador.

    Anteriormente, el administrador era su padre que le heredó el puesto al morir.

    Cordero era una persona muy conocida y querida, incluso, varios de sus compañeros de trabajo se acercaron a la escena del crimen pues no podían creer la noticia (ver recuadro).

    "Era un gran compañero, una persona excepcional. Tranquilo, amigable.

    Yo siempre andaba para arriba y para abajo con él. Esto es terrible", aseguró Alonso Castillo, compañero de trabajo y amigo de toda una vida.

    Cordero deja su esposa y tres hijos de 5, 7 y 9 años.

    "Era un padre admirable, muy responsable, sin vicios, una gran persona. Yo lo admiraba por su sacrificio en el trabajo, era poco el tiempo que le quedaba debido al empeño que él ponía", aseguró Carlos Eduardo Monge, compañero de trabajo de la víctima.

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    Alonso Castillo,
    amigo y compañero
    "Yo lo respetaba mucho, era una gran persona. Muy buen compañero, siempre lo ayudaba a uno en lo que podía".
    Allen CAMPOS para /Al Día

    "Me balearon a Mario ..."

    "Me balearon a Mario ... ayúdenme".

    Esas fueron las palabras desesperadas que lanzó Hellen Vanessa Chaves Cubillo, esposa de la víctima, minutos después de que Mario Cordero recibiera el disparo que le quitó la vida.

    Ella estaba dentro de la vivienda de su patrón, cuando se escuchó el disparo. En ese momento corrió y observó la escena, relató ayer Carlos Eduardo Monge, compañero de trabajo de la víctima, quien llegó al sitio minutos después del hecho.

    "Ella salió corriendo desesperada, solo decía que le habían baleado a Mario. Es algo terrible", agregó Monge, quien conocía al fallecido desde hacía casi cinco años.

    Otro testigo aseguró que observó cuando los delincuentes se acercaron al carro y forcejearon. Luego escuchó un disparo y los sospechosos huyeron rápidamente.

    "Me dijeron que no me metiera y no me quedó más que quedarme quedito. Cuando se fueron me acerqué al carro y el muchacho tenía pulso, llamé al 9-1-1 pero después fue tarde", relató el testigo, que prefirió no ser identificado.

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