Miguel Carabaguíaz Murillo, Presidente Ejecutivo INCOFER
Se le metió al tren
Este hombre emprendedor logró, el 10 de setiembre, echar a andar el ferrocarril en San José, luego de estar 10 años abandonado Neyssa M. CALVO ACHOY
Recostado a uno de los viejos asientos rojos del vagón 56, Miguel Carabaguíaz viaja al pasado y recuerda cómo la vida lo encarriló hasta llevarlo a la antigua Estación al Pacífico.
"Mi esposa dice que yo cogí el cabús (se casó a los 39) y yo le digo en broma que me arrolló muy joven"
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Allí, entre las líneas del tren, confiesa que hizo lo que para muchos parecía imposible: lograr que el silbato del ferrocarril volviera a escucharse en "Chepe", a menos de dos meses de haber asumido la presidencia ejecutiva del Incofer.
¿Cuándo fue la primera vez que viajó en un tren?
Tenía como cinco años cuando mis padres me llevaron por primera vez a Puntarenas. Luego hice varios viajes a Guápiles para conocer la casa de mis abuelos paternos.
¿Le gustaba jugar al trencito?
Sí, claro y de pequeño tenía dos trenes con los que jugaba mucho.
¿Qué pensó cuando supo que cerraron las vías del ferrocarril?
Cuando supe que el tren no volvería a trabajar, me entró mucha nostalgia porque considero que es una pérdida importante para el país. Incluso me dije que algún día alguien tenía que reactivarlo.
¿Sintió que sería usted quien lo pondría a andar de nuevo?
Nunca sentí que yo iba a estar ahí, pero sí que alguien debía actuar.
¿Por eso aceptó ser el maquinista de este proyecto?
El destino fue el que me trajo acá. Cuando me ofrecen un trabajo siempre pienso en cuál es la semilla que puedo sembrar para que siga creciendo.
¿Se le quiso descarrillar el tren en algún momento?
No, Sin embargo, a veces iba con mucha velocidad y fue necesario que bajara el ritmo para que las cosas salieran bien.
Si tuviera que echar andar otra cosa, ¿que sería?
La pequeña y mediana empresa y descongestionar las carreteras.
¿Con cuál proyecto sentiría que se le está metiendo al tren?
Definitivamente, si me pusieran a bailar (sonríe). Probablemente, me quedaría en la segunda fila.
¿Le gusta la música ?
Claro, me gustan los boleros y las baladas. Soy de los 70, de Abracadabra, Vía Libre, Bee Gees y Carpenters.
¿A qué edad se casó?
Cuando tenía 39 años.
¿Creyó que lo estaba dejando el tren?
Mi esposa, Priscilla, dice que yo cogí el cabús (sonríe) y yo le digo en broma que me arrolló muy joven porque tenía mucho por hacer.
¿Cuál es el secreto para no perder la vía?
Lo importante es que la gente se involucre con el proyecto. Acá (en el Incofer), por ejemplo, muchos trabajan horas extra sin esperar una paga adicional.
¿Es más difícil controlar niños que hacer que circule el tren?
Es algo parecido porque de alguna manera a los dos hay que guiarlos y orientarlos. En ambos casos hay participación de terceros: con los niños serían los abuelos y en el tren otras instituciones.
Más allá del riel
Su alegría
Despertarse y esperar a sus hijas Camila e Isabella, de 7 y 2 años, para que suban a su cama. El solo verlas es para él algo agradable y saludable.
Independiente
Vivió cuatro años solo en Europa y tuvo que cocinar, lavar, planchar y limpiar. Dice que no fue algo nuevo, porque desde niño le enseñaron de todo, incluso aprendió a usar la máquina de coser.
Buena cuchara
Cocina los sábados y domingos, y le pone un sello personal a lo que hace. Come de todo, desde un picadillo de arracache hasta platillos más exóticos.
Tiempo libre
Le gusta pasear con su familia, hacer deporte, viajar en tren. Además, disfruta mucho ir de compras solo o acompañado al supermercado.
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