San José Costa Rica. Edición del 13/noviembre/2005. Ir a Al Día
 

Ana Yancy Saborío, Activista

Ángel de Talamanca

Hace cuatro años, una nota de Al Día la llevó a decidir el rumbo de su vida: ayudar a los indígenas y dar a conocer su mala situación

Jéssica I. MONTERO S.

Todo comenzó el 30 de julio del 2001, cuando al abrir Al Día Ana Yancy Saborío se encontró un informe de la dura situación en la que vivían las comunidades indígenas de Talamanca.

De inmediato decidió ponerse en acción: fue aula por aula a las escuelas alajuelenses, tocó puertas en el barrio San José, donde vive, y pidió el apoyo del Ministerio de Seguridad.

Cuatro años después, esta ama de casa alajuelense es la cabeza de una asociación que se dedica a conseguir medios para que los indígenas de Talamanca vivan mejor.

No solo les llevan comida, ahora hacen censos, buscan médicos especialistas y elaboran proyectos de desarrollo para estos pueblos casi olvidados.

Hoy, como en el 2001, el motor detrás de las actividades es Ana, que cuenta con el apoyo incondicional de toda su familia.

Ambiciosa

Además de las visitas de cuatro o cinco días a las comunidades, unas dos veces al año, Ana Yancy sigue su trabajo en las escuelas y colegios, mostrando fotos y vídeos sobre lo que hacen en la zona indígena.

"Queremos crear conciencia en los estudiantes. Quién sabe si alguno de ellos va a decir algún día 'quiero ser ministro o presidente' y se acuerda de lo que le contamos sobre Talamanca", relata Ana.

Conforme pasan los días, más gente se suma a su causa, en la que sobran las ganas y falta el dinero. "Una vez, la iglesia La Agonía, de Alajuela, hizo una actividad y recaudaron ¢2 millones. ¡Yo me sentía como en la Teletón!", recuerda con cariño.

"Creo que mucha gente no conoce lo que pasa en las comunidades indígenas y si se enteraran, seguro los ayudarían. No hay que ir a África para ver la necesidad al extremo. A veces no entiendo por qué muchos se preocupan por ayudar a otros países cuando aquí tenemos tanto trabajo que hacer", comenta.

Ella está a la espera de manos amigas en empresas, otros medios de comunicación y organizaciones que quieran también ayudarla en esta lucha personal.

La última vez que fue, llevó pollitos para comenzar una granja. Ahora quiere construir un alcantarillado y llevar semillas, para que las comunidades comiencen a ser independientes.

¿Y la casa?

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Foto Cortesía /Al Día

El esposo

Está casada con Wálter Muñoz y tiene cuatro hijos. Cuando ella va a Talamanca, él se encarga de todos los quehaceres.

Para ahorrar

En los días previos a las entregas, la casa de la familia Muñoz Saborío se llena de cajas. Así, doña Ana no paga bodega y ahorra un poquito más de dinero para llevar a las zonas necesitadas.

Lo que sigue

En enero, irá otra vez a Talamanca, pero desde ahora la presionan para que adelanteel viaje, con lo que ponen a doña Ana a correr. Para colaborar con ella, llame al teléfono 433-8319.

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Foto Valeria Bermúdez /Al Día

 
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