Barrio Fátima, Heredia

Abuelas felices por graduación

Carmelina Villalobos tenía apenas 9 años cuando su madre murió. Ella era la mayor de cinco hermanos y, ni modo, a esa edad debía cocinar, lavar y cuidar a todos sus hermanitos, incluyendo una de siete meses.

Con ese trajín no hubo tiempo para la escuela. Pero, como nunca es tarde cuando hay ganas de aprender, doña Carmelina, que ya suma 71 de edad, se integró este año a un programa educativo para personas mayores, en barrio Fátima de Heredia.

Allí, gracias a su perseverancia y a la ayuda de maestras ya pensionadas, aprendió a leer.

Como ella, otras 12 abuelas, con sus rostros zurcados de arrugas, manos temblorosas, pero sedientas de conocimiento, recibieron ayer un certificado de aprendizaje. "Fui solo 3 años a la escuela, aquí he aprendido a escribir y a deselvolverme", comentó, feliz, doña Marta Villalobos.

Por este año fue suficiente. Con regalos y juegos, al mejor estilo de la fiesta de la alegría, estas veteranas se fueron de vacaciones.