En Tejarcillos, Alajuelita

Quería matar a bebé "en nombre de Dios"

Tío drogadicto decía que pequeño era "Satanás"

Alajuelita .- Doña Ana López aún temblaba ayer en la tarde al recordar los momentos de horror que vivió el lunes en la noche, cuando su hermano intentó ahorcar a su bebé, de seis meses.

Ella venía llegando con el niño, a eso de las 9 p.m., y lo puso en la cuna. Entró un momento al baño y, cuando salió, vio entrar a su hermano, de apellido Rodríguez.

"Entró corriendo como loco hacia la cunita. Lo agarró y, con las dos manos, le trataba de estripar la cabecita. El bebé lloraba, quería matármelo".

"Yo me le guindé del cuello para que lo soltara, pero con una mano me aruñaba en el pecho, y con la otra quería ahogarlo con las barras de la cuna".

"Yo le decía: 'José, por Dios, ¿qué le pasa?', y gritaba que Dios le había pedido que lo matara porque era hijo de Satanás, que debía hacerlo en el nombre de Jesús".

El marido y los otros dos hijos de doña Ana no estaban en la casa, pero sus gritos alertaron a los vecinos, que se le enfrentaron al muchacho de 25 años, quien estaba bajo los efectos de las drogas.

"Una vecina jalaba al bebé de los brazos y él le tiraba del pie derecho. Solo se calmó cuando un vecino le dio tres veces con un tuco en la cabeza".

Los oficiales de la Fuerza Pública que acudieron a la casa, detuvieron al hombre y llevaron a la madre y al bebé al hospital de Niños, donde fue dado de alta a las 4 a.m. Orlando Urroz, subdirector de ese hospital, explicó que, tras hacerle una radiografía del cráneo, se determinó que no había fracturas o lesiones de gravedad.

Sin embargo, se alertó a la madre de que, ante cualquier eventualidad, retorne al centro médico, cosa que ella valoraba hacer ayer en la tarde, pues el pequeño lloraba mucho, sobre todo, cuando le tocaba el piecito.

Rodríguez quedó ayer a las órdenes del OIJ, mientras doña Ana lamentaba "haber tenido que encerrar a mi propio hermano".

"Era mi hijo o mi hermano"

Como una fiera, defendió doña Ana López a su bebé: "Yo me le guindé del cuello para que soltara a mi hijo, pero no lo lograba. Si no fuera por los vecinos, mi bebé estaría muerto.

"Tengo 14 hermanos; somos muy unidos, él es el menor. Tiene problemas de drogas, pero nunca antes se había comportado así. De hecho, no lo veía desde hace mucho. Seguro estaba superdrogado, porque quería exprimírmele el cerebro. Aunque sea mi hermano y me duela, tenía que defender a mi hijo, así fuera con mi vida".