PIDO LA PALABRA
Pido la palabra
Venganza planetaria Roxana Zúñiga Quesada
PERIODISTA
ropazu@racsa.co.cr
Las escenas de devastación y dolor que hemos visto con tan furiosos huracanes, no las observamos ni en las más enfermizas películas de Hollywood. Muchos países lloran sus muertos y la destrucción.
¿Y qué queríamos? El planeta es un ser vivo y, simplemente, nos pasa la factura por el ataque que le hemos hecho a través de miles de años.
Hace poco se publicó una foto escalofriante. Un hombre navegaba en su botecito sobre un verdadero río de peces muertos. Ni siquiera se veía una gota de agua... solo animales desfallecidos, boca arriba, flotando en la liviandad que queda tras la vida. Era pavorosa y reflejo brutal de los efectos de la sequía.
Era de esas fotos que se impregnan en la retina... para siempre. Para nunca más olvidar.
Los tsunamis, terremotos, deslizamientos, inundaciones, tormentas de polvo y de nieve, cada vez más violentos, son las reacciones de un planeta agredido y casi indefenso ante la acción irracional de los seres ¿humanos?
¿Qué será del futuro? Si bien los países ricos, pobres y de clase media se reúnen, cada cierto tiempo, muy preocupados por la destrucción de los recursos naturales, las conferencias no pasan de buenas intenciones de papel. Después de cada encuentro, los gobiernos, empresas y sectores poderosos prosiguen en su perpetuo afán por sacar la mejor tajada, aunque se queden sin queque.
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