Mejor en combo

Dios hizo una y como le quedó tan bien hizo a la otra: Priscilla y Jennifer, las populares hermanitas Barrantes, quienes llegaron para quedarse.

Desde que se dieron a conocer como figuras públicas han dado mucho de qué hablar. Las hemos visto en desfiles, en revistas y hasta en la televisión.

Jennifer es la menor y cuenta que el apoyo de su hermana siempre ha sido muy importante, incluso, afirma que es modelo porque ella la motivó. "No me interesaba, pero Priscilla me aconsejó hacerlo porque se abren muy buenas posibilidades de trabajo". Además, esta flaquita (que deja sin respiración a más de uno) confiesa que la recomendación de "Pri" ha sido básico para hacer las cosas mejor. "Gracias a sus comentarios he podido evitar situaciones incómodas que, talvez, ella tuvo que afrontar sola y eso me ayuda a mejorar".

Por su parte, Priscilla dice estar pasando uno de los mejores momentos de su vida (¡y le creemos!). Está metida en trabajos que le apasionan. "Soy la encargada de mercadeo y relaciones públicas del restaurante de comida japonesa Ichiban, presento un programa de televisión y estoy terminando mis dos carreras: Relaciones Públicas y Publicidad".

Todo tiempo un precio

Pero: ¿qué pasa cuándo las cosas se ponen feas? Cuando ser populares y bonitas pasa una factura muy alta. Las hermanas coinciden en que en esta parte están los chismes, los comentarios negativos y, lo peor (subrayan) las comparaciones entre ambas. "De nosotras se han dicho cosas buenas, pero también malas", confirma Jennifer.

"A mí personalmente, al principio, las cosas me afectaban porque uno no es de palo. Luego me di cuenta de que algunos hablan porque no están en nada productivo o, sencillamente, tienen envidia".

Algo similar expresa Priscilla quien, con el tiempo, ha aprendido a no prestarle atención a los aspectos negativos de ser conocida. Más bien prefiere no perder el norte de sus proyectos.

"Si alguien dice cosas negativas de nosotros es porque no nos conoce realmente", dice.

Pero sí las saca de las casillas cuando hacen comparaciones entre ambas. "No nos pueden comparar porque, simplemente, somos personas diferentes", dice enfática "Pri" (como le dicen sus allegados). Mientras, Jennifer afirma que ha escuchado "estos comentarios de mal gusto y que no vienen al caso porque cada una está en suyo". Por eso no le prestan atención a las críticas y se concentraran en hacer bien lo suyo. Comprúebelo usted mismo.

Jennifer

Jenniffer afirma que es tiempo de sacarle provecho al momento que está viviendo (muy bueno, a todas luces) y que por eso seguirá metida de lleno en el mundo del modelaje. "Priscilla me explicó que trabajar en el extranjero lo ayuda a uno crecer como profesional y como persona". "Por eso a principios de setiembre me voy a trabajar a México". La bella modelo desea seguir los pasos de su hermana, quien, además, le adelantó que estos viajes sirven para conocer lugares nuevos, personas y, en fin, vivir experiencias muy enriquecedoras. "No quiero recriminarme en el futuro por no tomar riesgos de este tipo". A pesar de que todo "pinta muy bien" dice que le aflige no estar estudiando en la universidad, pero que retomará los estudios cuando tenga tiempo para hacerlo "como debe ser". Para ella, igual que para su hermana, la familia ha sido un pilar fundamental para alcanzar las metas. Las dos tienen una relación muy especial con la familia, sobre todo con la mamá.

Priscilla

Aunque usted la vea con cara de ángel y piense que Priscilla lo puede llevar al cielo, no se confíe porque ella misma se encargará de darle "El peor día de su vida". No la juzgue mal, no se adelante: hablamos del nuevo espacio de canal 7, se transmite los sábadosa las 9 p. m. Se trata de un programa hecho en México, pero presentado por la modelo y que tiene como único fin hacerle la vida a "cuadritos" al pobre cristiano elegido por la producción del espacio. "El programa presenta diferentes casos en donde se saca de la rutina normal a una persona para exponerlo a las situaciones más difíciles", detalla Priscilla. "Amigos o familiares se confabulan para preparar la broma perfectamente", añade. A diferencia de los demás programas de bromas que hay, este no lleva "a la víctima" a extremos que puedan poner en peligro su vida; lo que se hace es crear situaciones muy cómicas.