Niños

Tras la pista de sus hijos

Los pequeños pueden desaparecer en cuestión de minutos

En un abrir y cerrar de ojos, su hijo puede desaparecer y derivar en una pesadilla familiar.

La más reciente víctima fue la niña Josebeth Retana Rojas, de 8 años, que apareció muerta el domingo en las cercanías de su vivienda, en Ticari de Horquetas de Sarapiquí. Ella se perdió el lunes 5 de setiembre mientras regresaba de la escuela.

Los menores desaparecen, dice Wálter Navarro, director de la Fuerza Pública, en 100 metros o menos y por eso los padres de familia deben ser muy cautelosos y acompañarlos a todo lado, y no perderlos de vista.

Navarro insiste en que hay que vigilarlos en el supermercado, centros comerciales o en los estadios y hasta cuando comulgan en la iglesia.

Es importante que los niños sepan qué hacer y qué no hacer en caso de extraviarse. Eso garantiza el reencuentro y también la seguridad del menor.

Por ejemplo, si se pierde en un supermercado u otro lugar, donde hay mucha gente, él debe saber que no tiene que salir del edificio y hacerse sentir llorando o gritando. Lo más conveniente es que busque a un oficial de seguridad.

Hay que explicarles a los chicos que la familiaridad con una persona no la hace confiable. Navarro se refiere a la gente que saluda a los niños en el autobús, en la pulpería o en el barrio donde viven. Deben aprender a decir no a los desconocidos, a la invitación a subirse en vehículos, a acompañar gente extraña o a caminar por zonas oscuras y solitarias. Enséñeles a no guardar secretos que los asusten.