El bombón de Río

Conversar y conocer a Verónica Araujo Bustamante Texeira, la sexy morena del grupo Swingy Boom, es como despertarse en la madrugada, oir que está lloviendo y recordar que es feriado o domingo.

Su manera de ser y su "buena vibra" se sienten tan deliciosas como meter los pies en la arena de Cahuita, o en las playas donde ella se crió, obtuvo ese color de piel y su sabor: en su natal Río de Janeiro.

Verónica es un regalo de Brasil de tan solo 20 años (cumple 21 el 28 de setiembre) que vino a Costa Rica (de la que no sabía nada) hace un año y medio. Desde entonces se dedicó a repartir alegría moviendo el cuerpo al ritmo del popular axe.

"Soy una 'muleca', o sea, una bebita, muy joven y traviesa", dice y muestra sus preciosos dientes blancos, que la hacen ver más linda.

Dice que no se siente una bomba sexy, aunque eso sea algo que se note a la legua. "Me siento cómoda con poca ropa, uno se acostumbra a bailar con cacheteritos y enagüitas, me encanta mi cuerpo, lo cuido mucho".

En este punto le hacemos la pregunta del millón: ¿es usted un símbolo sexual? "Yo me considero más payasa, divertida, traviesa y alegre. Me cuesta ser sexy, aunque no lo crean".

Y tiene razón, no le creemos.

Pero antes de seguir, vayamos a su infancia. Verónica proviene de una familia humilde -jefeada por la madre- y tiene tres hermanos.

"Mi mamá era muy pobre, pero mi papá no, yo era la única hija de él, así que viví los dos extremos, regalos y pobreza. Mi madre tenía dos o tres empleos para que no faltara la comida y no se vieran las diferencias entre los hermanos". Cuando el padre murió Verónica tenía 11 años y recuerda que aquello le dolió mucho.

"Fue el golpe más fuerte de mi vida, siento que él dejó un espacio vacío en mí y que me faltó que me chinearan, pues mi mamá es trabajadora, un ejemplo a seguir para mí, pero no era de abrazarme". Mientras cuenta esto hace cara de tristeza por primera y única vez en toda la entrevista.

Sin embargo, Verónica es una muchacha muy cariñosa.

"Mis amigos me dicen eso, que a mí me gusta mimar. Soy muy apasionada, enamorada, pero aquí, por el trabajo, no he encontrado el amor".

Pero, ¿Neto (el otro integrante de Swingy Boom) no es su novio?. "No, somos muy buenos amigos. Lo conozco desde que empecé a bailar. Conocí a un tico que me hizo tambalear, pero por mi trabajo no se pudo".

"Vero", como le dicen de cariño, disfrutó los carnavales de Río de Janeiro desde que tiene memoria. A los 14 años integró un grupo de baile de axe con el cual ganó un concurso. Luego conoció a Neto, a los 16 años. A los 18 se fue con él y con Zeta, otro amigo, a probar suerte en la televisión de Chile. Después de un año, el contrato terminó y regresó a Río, pero al cabo de siete meses, Zeta (que ya estaba en "A todo dar") los llamó para que se vinieran. Así fue como ella llegó, y parece que para rato. "Pienso quedarme aunque me vaya mal, porque amo este país". Y haría bien, porque aquí se le quiere.

Puro Brasil

Aquí descubrirá las señas de identidad de esta joven. Tome nota y verá por qué es una brasileña "de cepa"

La cabellera negra. No es ni lacia ni colocha y es el fruto de la gran mezcla que hubo en Brasil entre europeos, negros e indígenas locales. Verónica la usa libre y sólo la engalana con algunas prensas.

Bronceado. La piel canela, que la hace verse como un postre visual. A las mujeres de Río de Janeiro se les conoce por tener un bronceado eterno. Para la sesión de fotos Verónica se puso aceite aromático en todo el cuerpo.

Tatuajes. Verónica tiene dos: en la nalga derecha tiene un gato sobre una media luna y un pentagrama en nuca. "Leí que las brujas usaban esos símbolos para alejar el mal", cuenta. Cuando usa el bikini enseña el gatito.

Siliconas. La mayor parte de las brasileñas se opera el busto. De hecho, Brasil es el país donde hay más cirujanos plásticos. "Me las puse porque nada está tan bien que no pueda mejorar, necesitaba verme más bonita". Y lo logró.

Marcas de bikini. Verónica cuenta que las brasileñas no son verdaderas brasileñas si no lucen las marcas del vestido de baño. "A las ticas no les gustan, pero a nosotras nos encantan". A las ticas no les gustarán, pero a los ticos sí.